Introducción
Tener una finca de arándanos tiene sus pros y sus contras, como pro podemos decir que desde este verano es probable que no falten arándanos en mi casa, lo cual es genial porque a todos nos encantan. Como contra hay que decir que requiere trabajo y que la época de cosecha en Asturias y en nuestra finca suele ser julio, agosto y septiembre, así que lo de irnos de vacaciones de verano como una familia normal… pues como que no.
Por ese motivo este año nos hemos marchado de vacaciones a finales de abril, hombre, huelga decir que BabyL es aun muy pequeña y no tiene cole, por eso aprovechamos, pero cuando lo tenga nos iremos en junio y santas pascuas, tampoco podremos irnos más tarde.
Estas han sido las primeras vacaciones como tal (de más de 3 días) en las que nos hemos ido solos y hemos llevado a babyL. La cosa es que nos habíamos ido ya unos días solos a Londres (post pendiente en cromo de este mes que seguramente acabará saliendo a principios de junio) y a la vuelta no me gustó lo que vi. Ella estaba algo enfadada y yo no me sentía bien por dejarla ahora que ella ya quiere venir así que decidimos que se vendría al sur y ¡a ver que pasaba!.
Ha sido estupendo, se ha portado mejor que nunca (siempre se porta bien, he de reconocerlo) y la verdad que no puedo decir nada que no sean bondades.
Pero vamos a ver el viaje en si, ¿os parece?
Unos datos básicos
Sobre estas lineas tenéis el plano de google que he creado con el itinerario. Hemos realizado unas 6 paradas que se dividen en:
Valladolid (1 noche)
Consuegra (almuerzo y visita)
Mazagón (2 noches)
Sevilla (2 noches)
Puerto Sherry (3 noches)
Barco de Ávila (Valle del Jerte-Sierra de Gredos) (1 noche)
En principio no íbamos a parar en Valladolid pero ese domingo había partido, jugaba el Sporting así que aprovechamos el tanto y paramos allí, maridin fue al futbol y yo me quedé con BabyL en el hotel disfrutando de la piscina y del relax.
Distribuimos el viaje en dos itinerarios largos (de más de 3/4 horas) y el resto cortos, intentando que la peque no lo pasase mal en el coche, llevamos un DVD para poner pelis Disney que acababa cantando yo (jeje) y llevé bastante comida y fruta para el camino. Aun así la pobre por la mañana siempre decía “hoy no coche” y los dos últimos días ya decía que quería volver a casa a ver a tata y Abu y a Curro y Tazi.
Hice 3 maletas y 7 bultos:
1 maleta grande dividida en compartimentos para mi y con doblado vertical sin compartimentos para maridin en la que llevamos toda la ropa.
1 maleta de cabina pequeña en la que llevamos el calzado y el neceser grande.
1 maleta de ruedas Trunky para BabyL donde llevé todas sus cosas incluido neceser y muñeca, todo excepto toallitas y pañales que iban en nuestra maleta de cabina.
1 bulto consistente en una maletita pequeña de cartón con juguetes que ella eligió para el viaje (trenes montables, dinosaurios, coches, dos cuentos y unos cubos.
1 tottebag con la ropa de cuna y el nórdico y la almohada de la cuna de viaje de BabyL.
1 cuna de viaje plegable que me encanta porque tiene gatera con cremallera lo que es genial para que ella pueda entrar y salir a su antojo y tiene además cambiador que va encima en un lado, genial para no agacharse sobre la cama y no destrozarte la espalda.
1 tottebag con comida, biberones y fruta para el coche y para los destinos.
1 capazo de playa con todas las cosas de maridin y mías.
1 capazo de playa mini con las cosas de BabyL incluidos sus cubos de playa etc.
1 silla de paseo, concretamente me llevé al YOYO, mi preferida y genial para BabyL, es con la que viajo siempre porque se pliega como equipaje de mano apto para cabinas, tenéis post sobre ella en este enlace.
Aunque pueda parecer mucho la verdad es que nos entró todo perfectamente en el maletero y el asiento, si tuviéramos que llevar una segunda silla la cosa imagino que cambiaria un poco pero calculo que nos entraría igualmente, el asiento iba muy vacío sólo llevaba la maletita de mano así que podría caber perfectamente tanto esa como otra trunky entre los dos asientos.
Vamos a ver el itinerario sitio por sitio, ¿os parece?
Mi viaje
Nuestra primera parada nos lleva a Valladolid, allí nos alojamos en el hotel AC Palacio de Santa Ana, que está a las afueras. Buscábamos un hotel con zonas verdes y con piscina interior donde BabyL pudiera disfrutar de un baño o dos y soltarla un rato tras tantas horas “encorsetada”.
Llegamos a Valladolid hacia las 12:30 y nos fuimos directamente al centro, nos esperaba un grupo de amigos para ir de cañas y tapas, no es la mejor opción con una niña pequeña como BabyL pero he de decir que se portó genial, la pena es que el día no acompañó, hacia frío y llovía a ratos así que lo de estar fuera no era muy recomendable, no obstante como éramos un grupo grande ella tenia entretenimiento de sobra y como come de todo no hubo ningún problema en ese aspecto.
De ahí el grupo se fue al futbol y babyL, agotada, y yo, nos fuimos a disfrutar del pedazo de hotel.
He de decir que el AC Palacio de Santa Ana no es barato, creo que la noche nos rondó con desayuno unos 100€, eso si, es una pasada. La habitación era enorme, la cama super cómoda, pedí cuna y me la subieron en el momento, así me ahorré de montar la nuestra -error por mi parte, BabyL comenzó a dormir super bien desde que le monté la suya-, teníamos un balcón con vistas al jardín y al río y lago y bueno, las zonas comunes son una pasada, no se si era un antiguo convento o algo así pero recomendable 100% si te lo puedes permitir.
El desayuno estaba impresionante, tipo Buffet y maravilloso, el mejor de las vacaciones y la cena, que la hicimos allí, maridin se pidió una hamburguesa -estaba de antojo- pero yo pedí carta de restaurante, un rabo de toro deshuesado que te puedes morir de lo rico que estaba.
Cuando bajo tiendo a comer siempre las mismas cosas, me encanta el rabo de toro, las migas, la tortilla de camarones, el zumo de naranja natural… son cosas que si las hay, las pido siempre y el rabo de toro lo pedí en varios sitios, como este ninguno, aun ahora babeo pensando en él.
Cuando llegó maridin nos fuimos a la piscina, me encantó, todos los servicios geniales y la piscina era de unos 3 x 9 o por 10, perfecta para nadar y con unos largos escalones que hicieron las delicias de mi pequeña.
A la mañana siguiente ya salimos rumbo a Huelva, fue uno de los dos itinerarios largos y más tediosos aunque este tuvo parada en Consuegra…
Nuestro destino y mi insistencia nos llevo a hacer la parada para comer en el pueblo de Consuegra, en Castilla La Mancha, es un pueblo que la verdad no tiene nada de especial, típico pueblo castellano, con una estación de bus grande y con un parque que a BabyL le encantó, comimos en el restaurante La Bodeguita y muy bien, correcto, un menú a un precio más que razonable, sin nada de especial pero rico.
De ahí nos dirigimos a ver su monumento por excelencia, los molinos de viento. Lo guay de los molinos que hay en Consuegra es que están en una colina y que van haciendo una linea más o menos recta, lo suficientemente recta como para que de un vistazo los veas todos pero con algo de curva, para que, si quieres, en la foto te salgan casi todos.
Hay unos cuantos, uno de ellos es punto de información y también un restaurante que tiene bastante fama, es donde nos hubiera gustado comer pero estaba cerrado ese día. Además, abajo, antes de empezar los molinos está el castillo que también se puede visitar. Reconozco que nosotros teníamos prisa, hicimos un “pit stop” porque yo quería sacar fotos a esos molinos que llevaba un verano viendo en Instagram, si o si, y me encantó, aun yendo con relativa prisa (quedaba un largo viaje por delante) nos entretuvimos a verlos y reverlos durante algo más de una hora, son tan espectaculares que entiendes que un hombre como Don Quijote pudiera confundirlos con gigantes.
¿La pena? como siempre que vamos a ver un monumento en concreto el castillo estaba en obras con una grúa gigante ahí mangada y uno de los molinos centrales estaba arreglando el tejado así que más andamios. Vamos que para sacar una foto decente tuve que enfocar hacia los dos que quedan en otra colina. Me explico: son dos colinas, en una de ellas está el castillo y vas viendo molinos, creo que habrá como unos 4 o 6 que van hacia arriba y luego la colina termina y comienza otra en la que hay dos más. La foto es de esa colina, pero vamos, los molinos son todos iguales.
Puedes llegar con el coche hasta allí perfectamente, hay varios aparcamientos y el último, donde el restaurante, cuando no es época estival, siempre tiene hueco porque los autobuses aparcan un poco más abajo. Si, había autobuses de turistas extranjeros, concretamente ese día había un colegio inglés y unos chinos.
Tras ver y rever y sacar 20.000 fotos de los molinos (de las que me quedé creo que con 6) cogimos pista ya hacia nuestro segundo destino, Huelva, concretamente Mazagón, nuestro destino de playa decente, porque esos días eran los que daban mejor tiempo para ir, bueno, de hecho nos hizo tan buen tiempo que hasta nos bañamos varias veces!.
BabyL disfruto de la playa como una enana, se lo pasó genial haciendo castillos aunque lo de meterse en el mar aun no es lo suyo, pero oye, al menos se acercaba a la orilla que ya es un logro!.
Nos hospedamos en el Parador de Mazagón, elegimos ese sitio por dos cosas: lo primero porque tiene salida directa a la playa, tiene una escalera que te lleva desde el propio hotel y, aunque con un bebé y una barriga ya considerable de la que viene en camino, volver a subir me resultaba imposible, al menos para bajar estaba muy bien, luego nos venía a buscar maridin en el coche allí mismo ya que la playa tiene aparcamiento abajo (pequeñito, no quiero ni saber cómo se pone en verano) así que genial.
La playa es kilométrica, muy bonita y aunque no hay servicios ni duchas al tener el hotel encima pues para nosotros era muy cómoda. El hotel tiene un pequeño parque con columpios y tobogán y piscinas tanto interior como exterior. Por supuesto usamos la interior todos los días con BabyL, a ella no le gustaba mucho pero oye ¡se hay que acostumbrar!.
En cuanto a la habitación, bien, tenia una terraza donde descansar y ver la puesta de sol y lo único malo es que estaba en un edificio anexo pero en el primer piso, con tantas cosas y sin ascensor era bastante rollo pero bueno, nada que no pasase al llegar y al irse, simplemente.
Fuimos con desayuno incluido, tipo buffet y decente, no tan guay como el del AC de Valladolid pero bien, correcto y variado, los panes estaban super buenos y mi peso siguió creciendo así que ¡ni tan mal!, las cenas también las hicimos allí, un día en la “cafetería” una zona que estaba como separada donde además había televisión así que Luci pudo ver a “guo guo guoca” (bob esponja) que le gusta mucho. Fue una cena sencilla de una carta bastante pequeña y no maravillosa, pero correcta.
La segunda la hicimos en el restaurante, caro para el nivel, malo, el nivel mal, aquí fue donde pedí también, como no, rabo de toro y fatal, rabo deshuesado mal, de los que cortan con radial y venden congelados, que se nota que no son de calidad, con mucho nervio y grasa… mal, de sabor ni fu ni fa… mal, en general. Mi marido se pidió un pescado, no recuerdo cual y dice que bien, yo tuve mala suerte. Bueno, cuando te arriesgas es lo que tiene, pero en un parador… en fin, deberían mejorar eso.
Otro punto a tener en cuenta es el servicio del hotel, a ver, no es que tuviera mal servicio pero no casaba, el hotel esta algo caduco, tiene poco staff, el restauarante es muy bonito y con grandes vistas y el hotel en general es chulo, tiene además muchas vigas de madera que alojan inquilinos -está lleno de nidos de golondrina- lo que hace que tu estancia sea muy especial y preciosa, de hecho tiene un observatorio de aves allí mismo y bicicletas tanto normales como de motor para andar por la zona, llena de carriles bici, los servicios están bien pero yo creo que no está bien gestionado.
Me explico en base a mi experiencia: no es un hotel barato, alojamiento con desayuno nos salió por unos 130€/noche (recordar que teníamos ahorrados más de 3.000€ para las vacaciones, si no sabéis de que os hablo mirar ESTE POST) y encima es un parador, lo mínimo es que las bicis te las presten, no que tengas que pagarlas, y luego un detalle, la piscina interior estaba cerrada, tuvimos que pedir que la abrieran, si, estaban todos los servicios preparados pero la puerta estaba cerrada de llave, no sólo la de la piscina ¡las de los vestuarios también! y luego tuvimos que pedir toallas porque tampoco había ni en el gimnasio ni en el vestuario. Tuvo que la de recepción dejar su puesto para venir a atendernos y eso no es lógico, ¿que pinta la piscina climatizada del hotel y sus vestuarios cerrados con llave a las 6 de la tarde o a la 1 de la tarde? no tiene sentido. Y así dos días, así que no era un caso puntual.
Aparte de eso ya os digo que genial, dormimos bien, la habitación era cómoda, el buffet del desayuno decente y las instalaciones estaban bien. He de decir que darme a mi con un buffet increíble es difícil porque voy al Carlton cada vez que me acerco a Bilbao y sólo conozco dos hoteles que le estén,, en desayuno, a la altura, el Parador de Ribadeo y el Palafox en Zaragoza. Pero bien, correcto.
A la hora de irnos paramos a comer (tras disfrutar de una mañana de playa) en el pueblo de El Rocío, es un lugar super pintoresco que a mi, personalmente, me encanta. Paramos a comer en un restaurante que se llama Aires de Doñana, es un sitio genial con unas vistas del pueblo maravillosas y de las marismas y sus caballos marismeños. Ya sabéis que yo montaba a caballo y que mi hermana y su familia, de hecho, siguen teniendo caballos y montando así que este pueblo es especial para nosotros y Doña Ana (Doñana) nos encanta.
No había comido nunca allí y, aunque no es barato, se come excelentemente bien, el servicio, de 10, la comida, de escándalo, vamos que todo estupendo. De ahí caminito de Sevilla a pasar unos días con nuestros amigos Patri y Pachecho que nos alojaban en su casa para un par de días de feria y de disfrute relajado.
Aquí haré ya un apunte, tengo una hija que le ha puesto a LitlleH el listón muy pero que muy alto. Ellos estaban un poco así en ascuas, quieras que no, oye, que vengan dos amigos a tu casa y se traigan al bebé de 2 años pues… en fin. Viven con un perro, que está acostumbrado a los niños pero no vive con niños, y si, babyL convive con dos pero no es lo mismo, y bueno, iba a dormir en su cuna en una habitación pequeñita que tienen entre la nuestra y la de ellos, no tenían muy claro como sería aquello, al final cuando ellos vienen aquí tienen su casa por lo que lo de convivir con BabyL nunca lo habían pasado. Pues la experiencia fue de 10, a su hora a la cama, sin protestas, sin lloros, durmió como una lirona todos los días hasta más de las diez de la mañana, comió genial, no dio lata… super bien. Ellos comentaban que vaya bien que se portaba, que no se la oía y es verdad, se portó increíble pero es que ella es así, yo sólo espero que LittleH se le parezca y poder ponerme yo un poco una medalla ¡jaja! porque ahora no se sabe bien si es que ella es así o es que la hemos educado muy bien pero si LittleH también sale así ¡querrá decir que algo hicimos bien nosotros!.
Sevilla es un destino conocido para nosotros, incluso en feria. Yo había estado hace años en feria y hace un par estuvimos maridin y yo en prefería, en el fin de semana “del pescaito”, es un destino que nos encanta y tenéis un post específico sobre ella que podéis consultar aquí, donde os muestro un itinerario ajustado para un fin de semana en el que no os vais a perder detalle.
Además de que nos encanta al tener allí amigos es un destino que intentamos hacer, aunque sólo sean un par de días, al menos una vez al año. Quizá la feria no es nuestro momento preferido, porque nos gustan sus bares, sus restaurantes y la ciudad en si y la feria nos agobia un poco, tanta gente, tanto calor… y con una niña si no vas a los cacharritos pues es un poco rollo, pero era algo que nos apetecía hacer y cuadraba con nuestras fechas así que ¡allá fuimos!.
Por supuesto que no puedes perderte por nada del mundo el tomarte una copa en el Bar Taquilla frente a la plaza de toros y de paso acercarte a la sombrerería Antonio García, mi lugar preferido para hacer compras de reyes, para mi y para todos los miembros de la familia. Este año compré una pulsera de pelo de caballo trenzada para maridin, siempre lleva una desde hace años y cuando está empezando a ponerse fea compramos otra, cuesta como 12€ y es sencilla y preciosa a la vez. Y yo me compré un sombrero de paja de ala con pañuelo que va a ser el accesorio perfecto para recoger los tomates de mi huerto el año que viene.
Es donde me suelo comprar los gorros para el invierno y donde compro las gorras para maridin y para mi padre, tienen una calidad excelente, pero no sólo hay sombreros, ropa de montar buena, calzado… lo que quieras allí lo tienes.
Tras dos días de relax en casa de nuestros amigos cogemos otra vez el petate y nos vamos rumbo a Cadiz, concretamente a Puerto Sherry, penúltimo destino y el de tiempo más largo, aquí estaremos 3 noches.
Nos alojamos en Las Suites del Puerto Sherry, unos apartamentos divinos de la muerte que, por suerte, tenían sitio y estaban a un precio razonable, esta parte del viaje la hicimos así a propósito, para que BabyL pudiera relajarse de verdad, con una casa donde tuviera su propia habitación, su salón donde ver los dibujos y donde nosotros también pudiéramos relajarnos de tanto comer y cenar fuera. La idea era desayunar y cenar en casa y así hicimos todos los días, lo cual para ella fue genial porque ya venía con las rutinas más o menos establecidas de Sevilla y pudo descansar bien.
Cádiz no me encanta, lo reconozco, es bonita la ciudad y sus pueblos están bien, pero odio su viento asqueroso, soy una persona que tiene un problema bestial con el viento como os comenté en las 37 cosas que no sabes de mi, el post de la semana pasada donde os hablaba un poco sobre mi misma.
Reconozco que no tenía ninguna esperanza de disfrutar del puerto de Santa María y al final disfruté como una enana. También es verdad que no es lo mismo ir sin más que ir ya con un restaurante cogido para comer porque te lo recomendó un amigo de Sevilla y sabiendo que un par de horas después vas a conocer a dos amigas virtuales que se han venido desde Jerez con sus familias sólo para verte, ¡pero oye eso es que soy muy maja! jeje.
El día que llegamos se nos cayó el alma a los pies, ya sabíamos lo que nos íbamos a encontrar e íbamos preparados pero aun así… un viento que palmas, una bestialidad total, un día de mieeeeeerda que no os imagináis. Comimos en un restaurante de la zona y nos fuimos para el apartamento. Oye, el apartamento era de lujo, no imagináis, que preciosidad, con una enorme terraza con tumbonas, zona de sofá y mesa de comer, un salón súper grande, una cocina pequeña pero apañada, por ponerle una pega no había almacenaje de despensa pero tenía cafetera y un armario en la entrada que servía para ese uso (de despensa).
Comedor en el salón también amplio y cómodo y dos habitaciones, una con dos camas que fue donde instalamos la cuna de babyL y otra con cama matrimonial y salida a la terraza, ¡y vestidor! era un apartamento de lujo, me encantó todo, estaba allí como una reinona ¡jaja! nos costó 130€/noche, ya sé, no es barato, pero es nuestro precio con lo que ahorramos para viajar y nuestro ultimo viaje de este año, así que pudimos permitírnoslo y disfrutar de un sitio maravilloso donde descansar.
Sólo un defecto: en la habitación no había tele y la tele el salón era muy pequeña, parecía realmente que había pasado algo con la tele del salón y se hubieran llevado para el salón la que había en la habitación, no se correspondía la medida del salón con la de la tele en absoluto. También vendría bien un alargador y un carrito de ruedas para poder sacar la tele a la terraza a la hora de comer allí o de disfrutar de una serie al sol, Ya lo sé, vas a descansar y a disfrutar pero oye, a mi me gusta disfrutar del alojamiento también y no hay nada que me guste mas que ver una serie o una peli mientras dormito en la cama a la hora de la siesta ;).
Es primer día de caca, pues, disfrutamos a tope del apartamento y aprovechamos para ir a hacer la compra de los días que estaríamos allí, desayunos y cenas.
Al día siguiente bajamos a pasar el día al Puerto de Santa Maria. El plan fue, pasar la mañana por allí, ir a bodegas Osborne, visitar alguna cosa más (no habíamos mirado nada) y comer en Bespoke, el restaurante del amigo de uno de nuestros amigos de Sevilla. Por la tarde habíamos quedado con mis amigas de instagram @tinitabar (la imagen superior en la que salgo con BabyL es suya) y @guiomar para conocernos y hacer algunas fotos en la playa. El tiempo no acompañaba y llovía de vez en cuando pero el viento parecía que estaba empezando a remitir un poco, no es que estuviera una tarde de 10 ni un día de playa en absoluto pero en fin, lo pasamos genial.
Tuvimos mala suerte y las visitas a Osborne estaban completas así que comenzamos a dar un paseo por esa zona vieja y terminamos donde el castillo de San Marcos, allí hay una oficina de turismo así que entramos para ver qué podíamos ver y hacer durante la mañana.
Con la grandísima suerte de que había una visita 45`más tarde al castillo que incluía bodega y cata de vinos DOP Jerez-Xerez-Sherry. Así que allá que fuimos a hacer la visita! cuesta 8€ los adultos y 4€ los niños y dura como hora y media que se alarga un poco. Esta genial porque matas tres pájaros de un tiro, ves el castillo y te cuentan la historia del pueblo, súper interesante y recomendable, ves una bodega, pequeña y nada del otro mundo pero si no has visto nunca ninguna está muy bien para hacerte una idea (nosotros ya estuvimos en Rioja –tenéis post aquí– y en otros sitios pero nos gustó mucho igual) y te haces una cata de generosos que no te creas que es sencillo hacerla.
Además, antes de eso, como teníamos un poco de tiempo nos acercamos a ver la plaza de toros, que es super chula y gratuita de ver por dentro.
Toda la info de qué hacer podéis encontrarla en www.turismoelpuerto.com.
De la visita a comer y luego nos fuimos a una playa cercana a conocer a las que ya considero mis amigas.
Imaginad el cuadro, marido allí aguantando un poco la vela, por suerte hizo migas con el marido de Guio porque lo cierto es que no les hicimos ni caso. Nos juntamos Guio y su hijo (y su marido al que dejamos con el mío), Cris y sus dos hijos y yo con babyL y maridin, tomamos algo, nos pusimos al día, poca cosa porque es lo que tiene hablar todos los días por IG que quieras que no ya estás mas o menos al día de sus aventuras; y aprovechamos para sacar unas cuantas fotos, el día no nos acompañó pero la experiencia fue genial y ellas son un amor no me cansare de darles las gracias por haber venido a vernos, porque se nos hizo super corto y eso que hasta cambiamos de playa para seguir juntas un rato más ¡porque aquí los maridos querían tomar algo más!
Instagram tiene luces y sombras pero yo he de decir que tanto personal como profesionalmente sólo me ha traído, o mejor dicho, la mayoría de lo que me ha traído son cosas positivas, trabajo y el conocer a personas maravillosas.
Finiquitamos esta parte del viaje con dos cosas más: pasamos el día siguiente en Cádiz, dejamos el coche en el parking donde el estadio de fútbol porque si, maridin iba a ver al Sporting, un dos por uno se hizo en estas vacaciones, lo bueno es que la playa está en frente justo y ese día ya había bajado el viento y se estaba medianamente bien. Y bajamos en bus hacia el centro, no recuerdo el número del bus pero si tenéis mucho interés pregunto que maridin se acuerda fijo. Cuesta 1€ 10 si no recuerdo mal y tarda bastante poco.
Vimos toda la zona vieja y comimos por allí, tapas en sitios que nos habían recomendado, luego maridin se fue al futbol y babyL y yo nos pasamos la tarde en la playa, no os voy a decir que estuvo increíble porque a las 7 ya hacía fresco pero entre vestirnos, quitar las arenas, llegar al coche… la verdad que fue llevadero.
De ahi a casa y al día siguiente ya salimos hacia nuestro último destino. Teníamos que parar en unos invernaderos en Moguer, una pena que no estaban los responsables cuando estuvimos en Mazagón pero en fin, cosas del directo. Y después fuimos a comer a Monesterio, no me matéis por no avisar, pero es que estuvimos como 25′ de reloj, queríamos llegar a ver El Valle del Jerte del día y claro, ¡había que correr!
Y de ahí al Valle del Jerte! había 5 ítems que quería fotografiar en estas vacaciones, los molinos de Consuegra, los campos de amapolas, los campos de trigo, los de Colza y los cerezos en flor. Sabía que todo era posible pero al final sólo conseguí 3 de 5.
Consuegra era sencillo, o caía una tremenda de agua (y aun así) o era fijo que íbamos a ir, los cerezos también porque sabíamos que estaban explotando en esos momentos y que íbamos a pillar al menos a los de la zona más alta todos en flor. Los campos de Colza lo imaginábamos por la época, decir que a los campos de colza no nos metimos porque estaban cerrados y había que desviarse mucho pero que a la vez salen unas flores amarillas muy parecidas y silvestres y que esas si que las pillé así que lo doy por hecho.
Las amapolas, esperábamos pillarlas, además íbamos por zonas donde sabíamos que había grandes campos, pasado Consuegra, de echo, ya me había avisado sobre la marcha @san.wnder que este año iban con retraso, ¡dice que están en pleno apogeo ahora! mira que este finde me voy a Madrid, a ver si voy a hacer una escapada…
Los campos de trigo, estaban preciosos pero no tuvimos tiempo, es una pena porque Cris me había chivado su sitio para sacar fotos pero ya no pudimos desviarnos, si no hubiéramos tenido que ir a Huelva igual si, pero en esta ocasión no pudo ser.
Lo bueno es que los cerezos estaban esperando por mi y claro, me despaché a gusto. Nos hospedamos en el Barco de Ávila, digamos que es donde termina el Jerte y empieza Gredos, en el Izan Puerta de Gredos, es un hotel precioso, punto.
El edificio es genial y la noche nos salió por 86€ con desayuno incluido, lo que está muy bien y aquí es donde se termina lo bueno.
A las 20:30 que llegamos la piscina (que lo cogimos entre otras coas porque tenia piscina climatizada) estaba ya cerrada y ¡no habría hasta las 12 de la mañana! en fin… en el hotel no había más que la chica de recepción, una sola persona y con un pitote considerable con un cliente por lo que tuvimos más de 30`de espera para que nos hicieran en check-in.
La habitación era normaluca pero estaba en un edificio contiguo que debió ser un granero, era bonito pero no el edificio principal y las escaleras mandaban calao, para subir con todo porque encima no nos montaron cuna, tuve que sacar la mía.
En la cafetería no había nadie, si tenías suerte la de recepción llamaba y subía un camarero, de os dos únicos que había en el “restaurante” del hotel, mal, muy mal. El restaurante… en fin… dos camareros, que pasaban de todo, platos sin recoger, actitud de Pedro por su casa, pedí dos veces una trona y aun estoy esperando a que me la traigan… tardaron un millón de horas en servir un menú (lo único que había realmente para cenar y que era ramplón del todo), tardaron 20′ en llevarme una almohada a la habitación… el desayuno fatal, escasísimo para ser un buffet, encima no reponían de nada, te quedas sin pan, te jodes, ¿se acaba el salado? ajo y agua, porque además tampoco había a quien pedirle nada, yo pasé más de 40` allí y no salió ni un sólo camarero, al final, cuando nos íbamos salió uno ¡a llevarse a dos huéspedes a la cocina! muy mal la verdad.
Dormir dormimos bien y yo estaba muy contenta porque había visto los cerezos pero en fin, al Izan no vuelvo más que por ver lo bonito que es el edificio allí no me quedo, vaya.
Y con esto se termina nuestro viaje, volvimos a casa parando a comer de camino sin mucho aquel y con babyL deseando ver a sus abuelos.
En general he de decir que los alojamientos, excepto el último por un problema básico de la gestión del hotel, muy bien, los restaurantes genial, la experiencia única y repetiría fijo este u otro viaje similar.
Ranking
Este ranking va a ser sencillo y sin foto de puntuación que ya habéis visto muchas 😉
- Valladolid: ni fu ni fa, un 5.
- Consuegra: un 10, perfecto para un pit stop.
- Mazagón: un 8, playa impecable aunque imagino que en verano será de terror de la de gente que habrá.
- Sevilla: un 10, una de mis ciudades favoritas de España, me encanta todo en ella, su gente, sus plazas, sus restaurantes, su ambiente y sus calles.
- Cádiz: un 6, si te cuadra sin aire bien pero como es improbable pues mal. Bonito es pero más caro que Huelva y que Almería que además molan más.
- Valle del Jerte: un 6,5. me parece un sitio genial para ir en vendimia o ahora en primavera, incluso en otoño como destino de montaña para pasear y hacer rutas por la zona. Aunque aparte de eso, tiene poca chicha más.