Cuánto llevamos ya caminando juntos… 6 años. Hoy hacemos 4 años de casados, 4 años en los que ni un sólo día pensé que me había equivocado, puede que si en ciertos instantes y cuando discutimos pero sólo por un segundo, al instante me doy cuenta de que no, no me equivoque.
Hace hoy 4 años que nos encontramos ante una mesa, con todos nuestros amigos y muchos familiares detrás, prometiéndonos amor y jurando que nos respetaríamos y querríamos para siempre.
Allí, delante de todos ellos tu dijiste “si, quiero” y yo, sabiendo que eras mi último novio y mi primer marido (jeje) dije “ya es tarde para salir corriendo, no?” y nos casamos. Fue el fin de semana más especial en nuestra relación hasta que llegó BabyL.
Muchas veces, cuando la miro, pienso lo bien que lo hicimos, lo bonita que es y que si no fuera porque nos queremos ella no estaría aquí.
Atras quedaron aquellos momentos duros de nuestros comienzos, en los que todos pensaban que era un capricho más, el “novio del año”, uno más para la colección de parejas de larga estancia, en aquel momento dejamos claro que íbamos en serio y que no era una cuestión pasajera, que lo nuestro fue verdadero amor y que mi pie hizo “plop” por algo.
Creo que no podría haber encontrado un compañero de viaje -literalmente hablando- mejor. Nos compenetramos perfectamente, no hay nada que uno quiera hacer que el otro no haga con él, hasta el futbol, que odio profundamente, tiene sus cosas buenas, cuando lo hay en casa yo leo, cuando lo hay en el estadio tengo un rato para mi, cuando lo hay fuera y vamos puedo descubrir la ciudad o aburrirme durante 90 minutos pero viajamos, salimos y siempre encontramos la parte positiva del destino.
Viajar es una de las cosas que a ambos más nos gusta en el mundo entero y siempre pienso que espero que a BabyL le guste tanto como a nosotros y que tengo muchas ganas de que empiece a ir con nosotros de viaje. Si, lo sé, aun es pequeña y para que no se entere de casi nada y nosotros no lo disfrutemos bien tampoco merece la pena, pero tengo ganas.
En 6 años de relación no lo hemos hecho mal. Hemos ido a Portugal, por España, a Andorra, Alemania, Reino Unido, Holanda, Italia, Turquía, Brasil, Republica Dominicana, Japón, Cuba, Estados Unidos dos veces, nuestro viaje de novios de 1 mes recorriendo USA aun está en nuestra retina, Túnez, Marruecos, Malta y a Francia. No vamos mal, ¿no?
Juntos despedimos dos viviendas, creamos una y estamos en proceso de crear otra, aunque discutamos casi a diario por ello y no consigamos ponernos de acuerdo la mitad de las veces.
Juntos dijimos adiós a un gato y diremos, por desgracia, adiós a dos perros cuando llegue el momento.
Juntos creamos una familia, un bebe maravilloso que se parece a ti y a mi y que nos recuerda cada día que nos queremos y que lo estamos haciendo bastante bien.
Juntos creamos más empresas de las que se pueden contar y tenemos nuestro negocio en común, el que esperamos que nos dé de comer en el futuro cercano, juntos conseguimos, en definitiva, grandes cosas.
Por tu culpa ya no sé dormir sola, no sé hacer comida para uno ni viajar sin compañía. Por tu culpa huelo la almohada todos los días cuando hago la cama y por tu culpa me enervo con los miles de pecaditos sin los que ya no sabría vivir.
Por tu culpa ya no sé salir sola ni guardarme cosas para mi. Por tu culpa los días son más brillantes y el vaso está medio lleno.
Por tu culpa, o gracias a ti, depende del momento.
Hoy, en este día tan señalado, el primero en 4 en el que no estamos de viaje hacia alguna parte, el primero en el que no te he regalado un destino, quiero darte las gracias, por estar ahí, por ignorarme cuando grito y me frustro, por consentir mis pequeños pecaditos, mis rarezas y mis freakadas. Por aprovechar los días junto a mi y por buscar planes para que mi lado ermitaño salga de casa y disfrute de la vida.
Por ser el agua que hidrata cuando yo soy la hoja seca, por ser el gusano cuando yo soy el pájaro hambriento y por ser, en definitiva, el mejor compañero que podría haber encontrado, por entenderme por conocerme mejor que yo misma y saber cómo me gustan los huevos, cual es mi color preferido, que pasa cuando frunzo el ceño y cuando no me estoy quieta, por saber cuando escondo algo y cuándo estoy demasiado efusiva. Por conocer tan bien cuando digo “te vas a arrepentir, ya verás” de verdad y cuando es un órdago.
Por complementarte conmigo y por buscar siempre la mejor solución para nuestros pequeños problemas, por arriesgarte conmigo, por tirarte a la piscina cada vez que yo te empujo, por ser mi cuerda cuando decido hacer puenting y ser mi barrera cuando quiero saltar sin mirar ni pensar.
Por todas y cada una de las veces que te exijo más y más rápido de lo que a ti te gusta dar y por quererme, por quererme cada día y acostarte todas las noches con un beso y un te quiero -porque nunca se sabe si mañana vas a despertarte-, por irte de casa con un beso -porque nunca se sabe si vas a volver- y llegar a casa con un beso -porque sí-.
Porque siempre quise a mi lado a alguien que fuera capaz de entenderme, de entender este yo que vivió siempre entre dos mundos y este yo tan de contrastes y te encontré y mi pie hizo “plop” y entonces supe que serias, para siempre, mi último novio y mi primer Y ULTIMO marido.