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Despacho de zafarrancho

Un despacho cómodo y ordenado

Pues si, por fin os traigo el despacho de zafarrancho. Hace algunas semanas, igual ya hace mes y medio, tuve una revelación de esas que te hacen ponerte las pilas y comenzar a trabajar en serio.

Tenía que hacer una foto, esta que os cuelgo arriba al comenzar el post, quería preparar una foto con unos cuantos libros de orden y organización para subir a Instagram y mi profesor de fotografía me recomendó hacerla en una biblioteca, en vertical y que estuviera blanco y ordenado para dar esa sensación que yo quería transmitir de orden y organización.

Bien, cuando me puse con ello me encontré con que necesitaba quitar los mil libros que había en el suelo y en unas cajas de metal y cestas de la minilibrería que tenía en el “despacho” y sacar hacia la luz de la ventana la estantería en cuestión y eso era un engorro, cuando me di cuenta tenía un sofá cama de más de 2 metros lleno de cosas y un montonazo de otras por el suelo.

El agobio que me dio fue tremendo, llevaba tiempo diciéndome a mi misma que tenía que adecentar ese espacio porque quiero tener otro bebé y esa será su habitación así que cuantas más cosas mías haya más cosas a trasladar al hacerla habitación infantil y ese momento de agobio pre-foto fue la gota que colmó el vaso.

Para comenzar os pongo en antecedentes de lo que tenía el espacio y os dejo un par de fotos de ilustración de como estaba el espacio tras sacar las cosas para poder usar la biblioteca para la fotografía. No penséis que el espacio estaba así de desordenado y atestado de cosas de forma habitual, normalmente esas cosas estaban guardadas pero al tener que sacarlas para la foto la verdad es que queda de impresión y no precisamente buena.

Antecedentes:

El despacho-habitación se compone de un armario empotrado de 3 cuerpos sin cajoneras pero con balda superior, un sofá cama de 2 m de largo y más de 1 de ancho, hace una cama de 1,50 x 1,80. comodísima pero también ocupa muchísimo.

Además hay una alfombra tipo árabe, un pupitre infantil con taburete, una mesa de despacho con cajonera, una mesa de despacho estrecha sin cajones, una papelera, impresora, ordenadores, lámpara, artículos de papelería, una pizarra y una biblioteca en forma de casita a juego con el pupitre infantil. Y las cosas de fotografía, varias bolsas y una gran mochila.

Lo primero que me planteo es que el espacio ni es cómodo para trabajar pues la mesa está mirando a la puerta y pegada a ella ni lo es para sacar fotos porque no hay espacio ni tampoco lo es para descansar pues hay demasiadas cosas.

Además otro problema es que el sofá cama es enorme y ocupa toda una pared, por no decir que si la habitación se convierte en cuarto infantil ese sofá debe irse.

Lo primero que pienso es en sacar de esa habitación el sofá cama y llevarlo a la habitación de invitados pero ésta mide 12 m2 y está llena además su espacio es irregular y al medir me doy cuenta de que tendría que cambiar toda la configuración de esa habitación además de tener que quitar el cabecero y retirar una mesita para pegar la cama a la ventana a fin de que el sofá entrase en la otra pared, aun así quedaría raro y sería un cambio pero no una solución, total y resumiendo: el sofá tiene que irse.

Así que hablo con un amigo muy cercano que tiene una furgoneta y le digo que me eche una mano para sacar el sofá de casa y llevarlo al trastero donde tengo todos los muebles que vinieron de Gijón, entre otras cosas porque aunque estaba en mi casa ese sofá cama es de mi madre por lo que no puedo tirarlo sin más, y porque está nuevo y tiene utilidad por lo que lo dejamos bien embalado a fin de usarlo cuando sea necesario o llévalo como cama de apoyo a la nueva vivienda, ya se verá.

Por otro lado sé que tengo que hacer un TIDOREVE en el armario, tengo un armario de tres cuerpos vacío, en él lo único que hay son cosas que ya debería haber tirado, un montón de obras de arte y fotografías mías que ni quiero ni me atrevía a tirar y los regalos de reyes, así que en el momento en que saco el sofá me propongo hacer limpieza de todo el espacio, libros incluidos porque tengo muchos más de los que necesito.

Tirar libros nunca es sencillo, no es tirar, es donar porque se van para biblioteca pública pero eso no quiere decir que sea fácil, yo siempre he estado muy ligada a los libros que atesoro y me cuesta deshacerme de ellos así que empiezo por mirar uno por uno cada título y decidir que volvería a leer y que estoy segura de que no volveré a mirar, los que no volveré a mirar se van a la biblioteca, los de consulta que miro habitualmente tengo que adaptarlos al espacio de despacho y los de consulta que sé que este año no voy a mirar pero que no quiero desprenderme de ellos, los meto en una caja y los llevo al almacén.

Y personalmente tengo otro taco de ellos, son libros que no creo que vuelva a leer pero que no quiero regalar aun porque quiero subirlos a mi espacio “mi libro de la semana” de este blog, así que esos los dejo apartados pero a la mano y me propongo ir subiéndolos en los próximos meses para que no se me acumulen, cada vez que subo uno, se va a la biblioteca.

Tengo que hacer revisión de papeles, bolis, garantías y manuales de instrucciones y de aparatos eléctricos porque lo cierto es que no he mirado casi nada de este sector desde que me mudé y va tocando.

Lo que se dice un TIDOREVE en toda regla o, como también me gusta llamarlo cuando es a lo bestia e implica decoración: un zafarrancho de combate.

Un anexo: os hablaré en profundidad en la categoría de orden en el hogar de hacer un TIDOREVE pero para que no estéis en ascuas no es más que la forma en la que yo llamo a las palabras: tirar, donar, reciclar y vender/regalar.

Bueno vamos a ver como fue el proceso.

Antes

Lo primero que hice fue sacar del espacio absolutamente todas cosas que había, no mesas ni sillas ni muebles, pero si cosas. Todas las carpetas, los libros, las cajas… la papelera… todo eso que a la hora de ponerte manos a la obra molestan.

Luego filtré esas cosas: cogí unas bolsas de basura, unas de papel y unas cajas. En las bolsas de basura fui metiendo todo lo que era para tirar, bolígrafos rotos, cachivaches que no tenían uso y demás historias del estilo. En las bolsas de papel fui tirando todos los papeles viejos, que no servían para nada, que ya estaban caducados o simplemente que decidí no conservar y también tiré fotos, muchísimas y algún que otro lienzo de fotos que no tenía pensado poner en la pared y que no tenía sentido conservar.

Tras terminar esto me metí con los libros e hice, como os decía 3 pilas. Una con libros de consulta que quería tener a mano, otro con libros para guardar para llevar a mi biblioteca de Gijón (cuando la tenga) y otro que fui metiendo en cajas con libros para donar, dejando en una caja aparte los que previamente voy a subir al blog.

Tras terminar esto me metí de lleno con los armarios, pretendía hacerlos tras sacar el sofá cama pero al final yo y mi amigo no pudimos bajarlo porque pesaba mucho así que sacar el sofá se tubo que dejar para el día siguiente, con la ayuda del suegro de mi amigo y de maridin.

Mientras, moví el sofá para que no me entorpeciera el paso y me metí de lleno con el armario.

Como yo lo que quería tener era un despacho estaba claro que el armario quedaría prácticamente vacío y pensé que lo más cómodo en mi situación actual -trabajando desde casa, con un taller y almacén de Agendas 10 en pleno proceso de venta y que ahora tenía ocupando la habitación de invitados y sin visos de que esta situación cambie en un año- era tenerlo todo en el mismo espacio.

Y ya que tenía el armario opté por utilizarlo como si fuera un espacio extra de la propia habitación que me hiciera las veces de archivo, biblioteca e incluso zona de trabajo.

Poco a poco me fui deshaciendo de lo que había dentro y filtrando las cosas que quería quedarme. Tenía una extensa colección de marionetas que dejé en 3, la más bonita de las que me regalaron y dos que me traje en dos viajes a Praga y que quería conservar. Además tiré todas las fotografías enmarcadas y cuadros que no tenía pensado colgar nunca, mantas viejas y cosas que tenía almacenadas pero que claramente eran para tirar.

Cuando terminé descubrí que había dejado no sólo el armario prácticamente vacío sino que tenía un par de cajas enormes llenas de basura, por no contar la caja de libros y las obras para llevar al punto limpio.

Eso fue lo primero que hice. Lo dejé todo como estaba y me fui a tirar las cosas a la basura, siempre es lo primero que hay que hacer antes de ordenar y organizar, tirar la basura generada.

La de encima solo es una pequeña muestra, en cuadros debía haber más de 10 obras de distintas medidas emarcadas y tuve que llevar no una sino dos alfombras a la tintorería.

Ahí veis las cosas que se iban para el trastero, el sofá que aun estaba sin embalar porque lo hicimos allí para poder despiezarlo un poco a fin de bajarlo más cómodamente (como pesaba el condenado) y todas sus sábanas, nórdico, almohada…

Una vez sacado todo de los cajones y tirado todo lo que era para tirar, reciclar o donar, entonces es cuando me puse a reorganizar el espacio.

Ahora, con espacio suficiente, pasé la mesa de despacho con cajonera a la pared principal de la habitación, como es amplia puse tanto mi escritorio como el de babyL y al final terminé por poner en esa misma línea la librería. Podría haberla puesto en la pared de la ventana, mirándome a mi, pero opté por seguir la línea porque así, si quiero hacer fotos a esa librería no tengo que moverla como la otra vez ya que de esta forma es como más luz le da sin que haya sombras.

Además así me quedaba un pequeño hueco para poner la pizarra de forma que no tenga que estar siempre sacada en medio de la habitación sino que esta sólo un poco y me permite trabajar con más orden.

Trasladé también todos mis papeles habituales y libretas que siempre tengo al lado en mi propia mesa. Yo uso la Agenda 10 todo el rato pero además tengo una libreta para cada actividad ya que además del blog tengo la empresa de orden, la parte de decoración con mi propio proyecto de la vivienda en marcha que ocupa una libreta él sólo y las libretas que uso para los cursos de fotografía y empresa.

También trasladé el panel imantado -el corcho lo reciclé, no me resultaba realmente útil y al final resultaba ser sólo un sitio donde ir poniendo papeles y cosas que morían allí colgados- y los carteles con los trabajos diarios en las redes sociales que tengo pegados en la pared y con el horario perpetuo de este trimestre que me gusta tener a mano también.

En la pared donde antes estaba la mesa de trabajo ahora está la otra mesa para tener encima la impresora, además de mi orquídea mini y espacio para hacer fotos de producto sobre fondo blanco o el que yo le meta.

Una de las cosas más importantes para mi era precisamente tener espacio para fotografiar cómodamente, para ello necesitaba al menos un trozo grande de pared blanca y vacía y un trozo de mesa sin tener que andar quitando cosas de ella para hacer las fotos.

Por disposición esa parte de la habitación es la que más sol tiene así que decidí dejar ese espacio vacío en su mayor parte. Unicamente coloqué en el suelo una caja blanca donde dejo mi bolso y dentro tengo las Agendas 10 ya construidas para salir camino de vuestras casas, la caja es fácil de mover y nada pesada así que solo es apartarla y ya tengo una pared completa blanca para trabajar fotografías en vertical con fondo blanco.

Debajo de la mesa dejé dos cosas, ambas se mueven con facilidad y las uso lo suficientemente a menudo como para necesitar tenerlas a mano, además así le dan “empaque” al espacio haciendo que se vea trabajado pero también vivido. Son una cesta de fibras de banana donde tengo mi mochila kanken y un par mas que suelo utilizar y la mochila del equipo fotográfico completo.

No obstante, para que la cosa fuese más cómoda, dejé una balda de la biblioteca donde tengo los accesorios y objetivos que más utilizo así como la propia cámara que yo uso una media de 5 días a la semana por no decir 6.

La balda superior de esa misma biblioteca solo tiene un altavoz que además es cargador y que me sirve para dejar el móvil y escuchar música mientras se carga y las dos baldas de abajo tienen libros de consulta habitual, pero habitual de verdad, cosas que suelo mirar al menos una vez por semana.

En la cajonera tengo libretas sin estrenar y post-it y sobre todo, papel de impresora y etiquetas de envío.

Terminé la habitación con una alfombra infantil de estrellas en tono gris y con una cama para curro, que pasa muchas horas conmigo, como tengo varias ahora mismo está puesta la de madera, cuadrada con la calefacción simétricamente, ya que esa cama suele estar en el salón pero él allí casi no la usa y ahora ese espacio tiene el árbol de navidad.

La parte más cómoda e importante, sin embargo, no está a la vista, está dentro de los armarios.
Por un lado traje las dos mesitas de noche de la habitación de invitados, en ella tenía dos coquetas de distintas medidas así que podía permitirme quitar las mesitas de noche. Las puse como almacenaje extra y en ellas guardo todo lo que necesito para crear una Agenda 10 y las cosas para enviarla.

Sobre ellas instalé las bandejas de entrada personal, la de La casa de Mar y la de nuestra empresa de arándanos, así todo papel que aun no haya sido clasificado (clasifico un mínimo de una vez por semana siempre) va a esa bandeja y tanto yo como maridin sabemos que si hay dejar o coger algún papel o está en su carpeta correspondiente de empresa o está en la bandeja de entrada.

Sobre la otra tengo la encuadernadora de agendas 10, está super cómodo porque en un espacio muy reducido tengo todo lo que necesito para crear una agenda, sin necesidad de moverme por la habitación o de andar sacando y metiendo cosas.

Entre las dos mesitas coloqué el papel de regalo y la guillotina, esta si he de sacarla pero lo cierto es que no suelo usarla a menudo desde que imprimí la segunda edición del modelo bolsillo en papel de imprenta. (por cierto, no se a que esperas que no te la estás ya comprando aquí)

Con esto ya sólo me quedaba una cosa por ordenar y clasificar, los libros de consulta no habitual que necesito tener a mano para mis trabajos de decoración e interiorismo y los regalos de reyes.

Los regalos de reyes los ubiqué en la parte alta grande del armario junto con las carpetas de empresa y con una caja con todo lo que necesito para envolver los propios regalos de navidad.

Los libros los dispuse en la parte que se queda sola del armario de forma que en la parte superior están los de consulta menos habitual como códigos técnicos por ejemplo y abajo utilicé una caja metálica que me sobró de un mueble industrial para hacer como una balda extra. dentro de la caja metí libros en vertical y puse otra tira de ellos más en vertical también sobre la propia caja.

Aquí podeis ver el resultado, quedó muy cómodo para usarlo y lo bueno es que todo está a la vista. No me gusta poner cosas detrás y otras delante porque así no ves las que están detrás y eso hace que no existan. No sería la primera vez que se compra algo pensando que se tiró lo que creías tener y al final resultó que estaba en la parte de atrás de un armario y no se encontraba. Así que eso no me pasa, siempre todo a la vista.

¿Qué pasa si tienes que almacenar cosas pero no son libros que vayas a sacar cada poco o no tienes que verles los nombres? usa una caja, algo que no llenes en exceso pero que saques completamente del armario, porque si tienes que sacarla vas a procurar que no esté muy llena y así podrás, al bajarla, ver todo lo que hay en su interior sin olvidar nada en el fondo del armario.

[dt_quote font_size=”small”]Ya veis que no he llenado casi el espacio, la idea es que cuando tenga otro bebé y necesite usar este espacio, lo que tenga que salir de aquí sea poco y sea fácil ubicarlo en otro lugar, a mas cosas más difícil encontrarles un nuevo hueco y realmente ahora, con un ordenador, una mesa y una cajonera, poco más necesitamos.[/dt_quote]

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