Saltar al contenido

D’gústame delicatesen: Un pequeño gran proyecto

No os voy a engañar, hoy es miércoles 21 pero este post está escrito desde la semana pasada ¡jaja! he dejado preparados los post de esta semana entera porque acabo de llegar de Londres y tengo 4 tareas pendientes importantes:

  1. Estar con BabyL el máximo tiempo posible.
  2. Tengo tres asesorías on line abiertas con clientes y me toca sus fases B y C porque les finaliza el plazo para la A y la B este sábado así que toca preparar y preparar.
  3. Tengo el sábado taller de Orden y Deco en Oviedo y me gusta llevar los talleres preparados y lo más adaptados al grupo posible, por lo que me toca esta semana ponerme con ello.
  4. Y por último pero no menos importante tengo que sacar los muebles de la habitación de invitados y quitar el papel pintado de la pared para empapelar de nuevo y empezar a pensar en cambiar el despacho para allá ¡y pasar por Mambila a por un kilim gigante para esa zona! ¡y por ikea y Leroy Merlin!

Que no estoy poco ocupada, vaya.

Hoy os traigo un post que me emociona, tanto para bien como para mal a partes iguales, es el diseño y puesta en marcha de un proyecto que realicé con mis propias manos, en unos dos meses (algo menos) y para mi misma.

Se trata de una tienda delicatesen que tuve la suerte de tener un año en Oviedo. D´gústame delicatesen: un pequeño gran proyecto, nunca mejor dicho.

Os resumo la historia:

Hace años mi marido y yo montamos una comercializadora de productos asturianos con marca propia, se trataba de un proyecto chulísimo en el que trabajábamos producto asturiano de la mejor calidad, algunos propios y otros con elaboradores artesanos, y bajo nuestra propia marca. El proyecto era una pasada porque era limpio y bonito y sus packaging encantaron a todo el mundo, por no hablar de su sabor.

Nuestro proyecto salió varias veces en la televisión del principado en distintos medios como noticias y programas de emprendimiento y yo di muchas charlas y hable en la radio en algunas ocasiones, la asociación de jóvenes empresarios nos ayudó mucho y la verdad es que nos volcamos muchísimo en el proyecto, bueno, ya me conocéis, yo o lo hago o no lo hago pero a medias tintas nada.

Nos presentamos a unos cuantos premios y tuvimos la suerte de conseguir uno de ellos, se trataba de un año de alquiler gratis en el Modoo, un centro comercial en Oviedo diseñado por Calatrava nada menos.

Cuando decidí abordar el proyecto pensé que una tienda solo de nuestros productos no era viable económicamente así que tendría que ser una tienda más enfocada a la extensa comunidad Gourmet.

Tras un mes buscando buenos proveedores, realizando planes de empresa, buscando el futuro del negocio que pasaba por marcas propias siguiendo el concepto de la asturiana, decidí como sería.

Se llamó d’gustame delicatesen. El nombre le viene del de la comercializadora que era d’origo astur, que viene a significar «de origen astur», o sea, de origen asturiano.

Hoy no vengo a hablaros del proyecto en si sino del local que me dieron y que diseñé para el proyecto, desde los vinilos de la cristalera hasta todo su interior. Vamos a verlo.

La tienda

Lo primero que me encontré al llegar al local era un espacio dividido en dos salas con un minúsculo espacio como almacén en las escaleras que llevaban hasta el baño.

Todos los espacios eran amarillos y se vislumbraba un papel pintado que había sido como infantil, como si la tienda fuera de ropa de niños o bebés.

Bueno, no me importó. Quité la puerta que separaba ambas estancias y agrandé un poco ese vano, como era de pladur no me dio más lata.

Lo siguiente fue sacar desde el baño de arriba un punto de agua a la estancia «principal» que es a donde daban las cristaleras, porque la tienda tenía servicio de quesos y embutidos y además hacía degustaciones así que sanidad me obligaba a poner un punto de agua.

Elegí tonos tierra para toda la tienda y quise darle un aire pelin industrial, aun no teniendo mucha luz y estando en un pequeño espacio dentro de un centro comercial.

Para ello lo que hice fue coger una moqueta sencilla y muy fina de color ocre, una fibra natural trenzada para toda la parte baja de la pared y, por último, unos paneles que imitan ladrillo en tono blanco para la zona alta de las paredes.

Para la parte de atrás que yo dedicaría a zona de catas y degustaciones, vinoteca y otra nevera más selecta, elegí el revestimiento de paneles imitando ladrillo en un tono ladrillo, propiamente dicho, que tenía como 3 gamas de color. Lo revestí de suelo a techo.

He de decir que la obra fue sencilla pero resultona y que tardamos una semana en hacerla nada más. Eso si, un engorro cortar los tablones y dejarlos bien casados pero fue genial.

Sobre estas líneas veis como fueron quedando los paneles de la zona principal, además os pongo una foto del mueble con el punto de agua, es super sencillo, un modelo no recuerdo si de Ikea o del Leroy Merlin con un grifo decente de roca. Lo bueno del mueble es que era muy chiquitín y tenía almacenaje así que podía tener todo lo necesario para limpiar al terminar la jornada.

Además os traigo foto de como quedó esa zona al final. Rematé entre el ladrillo y la fibra con un junquillo fino de madera oscura y metí zócalo abajo para rematar la moqueta con la fibra. Para terminar esta zona compré unas baldas que podéis ver arriba, no tienen nada, 4 baldas de madera de pino claras, sin más.

Y el toque final lo pusieron dos estanterías de pladur que hicimos a medida para albergar los productos de los dos lados y unificar el conjunto. Todo lo demás fueron muebles industriales y una gran vitrina blanca de madera de roble.

Sobre estás líneas veis como quedó la sala de atrás, la vinoteca, únicamente le metí estanterías de ikea tipo cubo, las quería marrones pero sólo las encontré negras, por suerte quedó muy bien igual. Con la gran nevera abierta de esa zona y la mesa y los taburetes de estilo industrial creo que quedó un espacio muy chulo.

Para cuando la tienda estuviera cerrada y mientras hacíamos la obra no quería que se viera hacia el pasillo del centro comercial así que compré unas venecianas de madera en marrón chocolate, concretamente 3, que usamos para tapar la puerta y la cristalera, así al abrir las subíamos y al cerrar las bajábamos, excepto la de la puerta que la dejaba siempre bajada pero con las lamas abiertas o cerradas dependiendo de si estaba abierto o cerrado.

Del techo, con unas cadenas finas en tono dorado, colgué una caja que encontré en Ikea, es una caja que tiene 3 lados de acero en blanco y otros tres en madera de pino lavada (podéis verlo creo en fotos finales), lo que hice fue meter un trozo del panelado imitación de ladrillo blanco en la parte de atrás haciendo de pared y unificando el conjunto. Lo pusimos en mitad de la cristalera a fin de hacer un pequeño escaparate ya que la tienda era pequeñita y no podía perder metros con uno.

Y este es el resultado final!

Colgué los jamones de ganchos en una barra metálica preciosa de la que tengo dos y que aprovechare en mi nueva vivienda, como casi todo lo que había en la tienda, la verdad.

El mostrador era un pequeño bureau de metal con mesa que hacía extensión en dos alas, yo tenía desplegada solo una, la tienda era minúscula ahí donde la veis. Y aprovechaba que la rejilla era bastante opaca para poner la caja registradora allí, los clientes veían el precio en ella pero no la veían bien del todo. Para salir de detrás del mostrador y entrar, bajaba y subía el ala.

Como no podía permitirme una escalera me llevé mi silla portuguesa (una silla que por un lado tiene escalones) y así podía sentarme y si tenía que coger algo alto pues ya tenía escalera también.

Los cuchillos los colgué de una base imantada y en estas fotos aun no sale pero puse unas pizarras pequeñas encima con los precios de los quesos. Además compré un mueble de Ikea de madera clara para la esquina que queda antes de la puerta, era un mueble para CD’s, y lo usé para meter allí todas las especias de la tienda.

Un gran mueble de hierro con cestas de hierro me sirvió de verdulero y panero, y le daba un toque increíble a la tienda además de ser donde metía las verduras de temporada y ecológicas y el pan recién horneado.

Por el suelo y para terminar el conjunto, unas cestas con más verduras, con las sales y algunas cosas más que iban cambiando de vez en cuando.

Para terminar el proyecto cogí un sillón de palets con asiento y brazos en tela de saco que me servía para descansar y comer y también para que la gente dejase sus cestas y bolsas ¡e incluso descansase un rato!.

Veis en esta foto, también, la vitrina de madera de roble (que será la de mi vivienda de Gijón) así como un carro de madera y de hierro donde tenía cosas a modo expositor. Lo remastericé como mesita auxiliar en mi piso y se viene conmigo como mesita o camarera a la casa de Gijon.

Lo que no veis es un mueble que añadí posteriormente porque me quedaba un hueco feo justo en frente a la vitrina de quesos, fue un carro de metal industrial con 4 cajas metálicas y base de madera, podéis verlo en Instagram porque ahora forma parte de mi salón de Puerto de Vega ¡hay que aprovecharlo todo pero con cabeza!.

En la zona de vinos ya podéis ver la mesa con sus taburetes, la pedazo nevera que, por cierto, está en venta, tanto esta como la de quesos, y los cubos de ikea con el vino.

Notas de estilo:

Baldas, moqueta, fibra natural de las paredes, junquillos, zócalos y venecianas de madera: Leroy Merlin

Panelado tipo ladrillo: Panespol.

Estanterías metálicas del almacén, cubo a modo de escaparate: Ikea

Muebles industriales y neveras: empresas profesionales.

Carro que sale en instagram y vitrina de madera: Westwing

[dt_quote font_size=»small»]Espero que este espacio os haya gustado, ya sabéis que si necesitáis ayuda para algún espacio de vuestra casa podéis poneros en contacto conmigo tanto en el formulario de contacto como en el email de la pagina principal. Puedo ir o…¡quizá solucione vuestro espacio sin salir de casa! ;)[/dt_quote]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *