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El MAR de MAR

 Estos días está muy en boca de todos nuestra playa de Frejulfe, por el desgraciado accidente del niño peruano que se cayó de los brazos de su abuelo tras un golpe de mar.
Todos aquellos que conocen la playa saben que es hermosa pero que a veces su mar se enfada mucho.
Yo alucino cuando me dicen que el abuelo conocía bien la playa y que solía ir a pescar, imagino que el tener allí a su nieto hizo que se le fuera un poco la cabeza y que se embalentonara porque no es lógico que una persona que conocía el mar fuese a esa zona ese día.
Yo estuve viendo las olas un rato en el puerto, en mi pueblo, Puerto de Vega, daban miedo había mucho mar, hay mucho mar estos días.
Pero no me quiero desviar. Los que conocemos la playa y nos gusta sabemos que hay días que no puedes meterte y que a esa zona si la marea está alta y hay mucho mar es mejor que no te acerques, ¡pero vamos a ver, si para entrar un día en julio o agosto, subiendo la marea y sin demasiado mar a veces hay que esperar a que pase la serie!
La serie…
Frejulfe es una de esas playas que les encantan a los surfistas, tiene olas y un taro lo bastante grande como para “jugar” con ellas, pero también nos gusta a los que no cogemos olas, nos gusta chapotear, esperar a que pase la serie para entrar y tener que volver a esperar para salir, decir “hoy no entro que hay mucho mar” y jugar a pillar las olas. Todos los que hemos crecido en esta playa sabemos lo que es que te haga “la lavadora” y esa sensación de que no vas a salir de debajo, aunque sales, lleno de arena que tarda en salir de la cabeza una semana y viendo las cosas de otra forma, ese momento te hace ver la playa con la perspectiva de tu madre cuando te dice “ten cuidado que hay mucho mar,
Mar”
La amo, y a veces la odio, odio que sea 14 de julio y tener que ir a remojarme a la ducha porque el mar está imposible y odio que los socorristas, por miedo a que se les ahogue un madrileño perdido, pongan la bandera roja a la mínima y odio tener que llevar un paraviento porque hay nordés día sí día no, pero también la amo, amo correr o pasear la senda costera y terminar dando un paseo por su arena, amo tirarme al sol a tostar con mis amigos mientras nos reímos del que aparece, por primera vez en la playa y de ayende las tierras tras El Negron, con una colchoneta hinchable para meterse en el mar y decir “buf ya es agosto, ya llegaron los turistas está esto imposible” porque tienes a alguien muy cerca en la arena. Amo su mar, bañarme, salvar el taro, esperar la serie y enfurruñarme porque la ría cambio de curso.
Cuando está muy malo me voy a otra cerquita cerquita, pero esa no os la cuento que me la lleváis ?
Fre es dura, agreste y a veces trae consigo muy malos momentos, como estos, pero también es mi playa y me apena mucho que se conozca por esto y no por lo maravillosa que puede llegar a ser.
Un día de primavera 
Las olas el triste día, en Puerto de Vega

Unos días antes, poco antes de la playa desde la senda costera, ya estaba el mar comenzando a enfadarse.

Mi moquito, los perros y yo ese día de paseo, Fre al fondo.

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