Esta foto dice mucho, por no decir que lo dice TODO. Esta foto tiene todo lo que se gestó en el 2017, tiene Agenda 10, tiene orden, tiene deco, tiene viajes, foto en si, con trabajo y técnica aunque parezca casual, y, sobre todo, tiene ILUSION.
Y es que es de bien nacido ser agradecido y yo no podía dejar que terminase enero sin agradeceros mucho, todo lo que me habéis dado este 2017.
En este 2017 he pasado de tener 1.900 visitas y 751 usuarios en enero a tener más de 6.000 visitas y más de 2.000 usuarios activos en diciembre, parece que los números son pequeños pero cuando ves el conjunto te das cuenta de que han subido muy mucho y que, realmente poco es lo que yo he hecho ¿o no?
En este mundo en el que los Vlog es lo que se lleva y los blogs están “demodé” por los instagram stories que un blog como el mío haya duplicado sus cifras no está nada mal para mi propia reflexión. Sé que mis cifras no son maravillosas, a mi no me siguen K en las redes sociales, no ven mis stories más de unas 80-150 personas y no supero ni los 1.000 seguidores en instagram pero yo partí de 0, reinventándome a mi misma, sin conocer a nadie, sin tener una red de colaboradores, sin tener contactos ni haber creado una comunidad. De hecho el único sitio en el que me he realmente molestado en crear comunidad fue en Instagram y por eso esto ha subido tanto.
Tengo que reflexionar sobre varias cuestiones, a fondo, pero vamos a ver un resumen general.
Esta foto refleja todo lo que he conseguido con esfuerzo y con tesón y sin escuchar las voces que me decían “para que”, “no lo necesitas”, “vaya perdida de tiempo” y lindezas del estilo. Pasé literalmente de todo y decidí que yo quería darme una palmada en la espalda, que quería ser Mar Vidal,a sí con mayúsculas y que si quería eso, tenía que esforzarme por ello.
En el 2017 di carpetazo a un proyecto precioso llamado d’origo astur y d’gústame delicatessen porque tras 3 años no me daba de comer y dejó de emocionarme.
Además fue el año de viajar a Japón, mi viaje, mi sueño, ese viaje que quería hacer por mi luna de miel y que decidimos posponer, ese que tengo pendiente subiros porque tengo pendiente de terminar de editar pero EL VIAJE, ese que siempre recordaré y ese país al que sin duda volveré.
Fue el año en que BabyL comenzó a hablar, a andar, a correr, a jugar conscientemente, a dar rienda suelta a lo que se va forjando como su propio carácter especial y que cada día me enamora un poco más.
Fue el año en el que decidí que tenía que formarme en fotografía, que quería mejorar y que iba a hacerlo DE VERDAD, el año de conocer la escuela Entremiradas, de explotar a Alvaro Sanz a preguntas y de darme cuenta, para bien, que mi Nikon D300 se me estaba comenzando a quedar pequeña en cuanto a utilidades. Parece una pijada pero es muy importante porque yo era una persona que usaba el modo manual sin tener ni repajolera idea de usarlo, que creía que sus fotos eran bonitas hasta el punto de hacer varias exposiciones (viéndolo desde la perspectiva del tiempo, osadas y mierdosas a más no poder) y que no revelaba con programas porque creía que hacerlo era perder la esencia de la foto en si, pobre de mi, que engañada estaba, sé que me pasará con tantas y tantas cosas…
Fue el año en que nació Me apunto al Reto y me unió a 3 mujeres que son una parte importante cada día de mi vida, con las que hablo más que con mi hermana y con mi madre e ¡incluso más que con la Lucía grande!, fue el momento de desarrollar, plenamente y conscientemente todo lo que había aprendido y fue lo que hizo despuntar el blog realmente porque los post de técnicas fotográficas, seamos realistas, son los más leídos y buscados con mucha diferencia y porque gracias a Me apunto al reto igual, sólo igual, dentro de unos 4 o 5 meses, consiga 1.000 seguidores.
Si, es importante, los seguidores reportan ventas antes o después, de hecho, el 80% de mis ventas vienen por Instagram, el 8% es orgánico y el resto viene de Facebook, donde si que tengo más de 1.400… ¿como se explica? la fotografía mueve y la comunidad instagramera es muy, pero que muy potente, tanto que no debería nadie subestimarla (cosa que ya he leído en algún que otro blog que se jacta de ser “el rey” de la monetización, no citaré nombres).
Fue el año en el que dije ¡me cago en diez! ya esta bien de gastarme mi dinero en 20 agendas que no soy capaz de usar en condiciones porque ninguna tiene todo lo que necesito ¡este año me hago la mía! y me la hice, en el 2017 nació el proyecto LA AGENDA 10, la que pasaría a llamarse “la decana del orden y la organización” y la precursora de que yo me sentase en mi escritorio y llegase a conclusión de que el orden era lo mío y podría ser mi futuro y mi sustento.
Fue el año en que decidí que quería ser de mayor, en el que dije: lo mío es el interiorismo, es mi pasión, es lo que me llama, es de lo que podría hablar sin parar durante horas y horas y es de lo que quiero trabajar, y así, poco a poco, nació La casa de Mar Orden y Deco que ya tiene su propia web y que intenta hacerse un hueco en este mundo tan duro que es el del sector servicios. Es el año de AOPE, el año en que uní la decoración con el orden y me hice Organizadora Profesional miembro de una asociación nacional, el año de decir:
Hola, me llamo Mar Vidal y voy a dejar tu casa Pinterest y a hacer que te dé la vida para llegar a todo.
Fue el año de decidir que volvería a empezar pero poco a poco, sin inversiones fuertes, con un poquito cada mes, ahorrando, poniendo en la mesa lo que iba sacando de vender agendas, con mucho empeño y trabajo y muchas fotos que iban a la basura, mejorando las categorías deco y de orden y dejando de lado otras que venía manteniendo pero con muchísima ilusión.
Fue el año de colaboraciones chulas, de conocer a Carmen Osorio (nosoyunadramamama) y a Isabel (unamadremolona) el año en el que le puse cara a personas con las que llevaba mucho tiempo hablando y que me hizo colaboradora habitual de una editorial que puede, en ello andamos, que me haga un regalo excepcional en el 2018, porque el 2017 también fue el año en el que empecé a escribir mi libro sobre orden “a mi manera”.
Pero también fue un año duro, fue un año en que se fueron personas a las que apreciaba, en el que sufrimos enfermedades y operaciones que aun dan dolores de cabeza y fue el año en que perdí a mi segundo bebé.
Algunos ya lo sabéis, otros muchos no, en dos semanas debería estar dando a luz a un bebe maravilloso que decidió que no era suficientemente fuerte para estar dentro de mi. El tiempo pasa y esa falta, ese “dolor”, esa sensación de que algo no concluyó como esperaba va menguando e incluso en el transcurso del día a día llega a desaparecer de tu memoria, no del todo, porque las experiencias vividas nunca se van del todo pero como soy una persona positiva por naturaleza y, además, la vida me hizo muy pragmática, pasé página rápido y me puse a otra cosa.
El 2017 fue el año en que vendí el piso en el que llevaba viviendo 14 años, ese lugar que fue mi piso de soltera, de estudiante, de novios, mi piso de recién casada y el piso donde BabyL dio sus primeros pasos. Ese lugar que vio crecer y morir a Gargamel Mininez de Otur alias Miki, donde vivieron Curro y Tazi seguramente más de la mitad de su vida y donde yo cree de la nada e hice realidad mis primeros sueños como interiorista y mis primeros muebles a medida. Donde estaban esas vistas, ese balcón, esa biblioteca… y también es el año en que hicimos el proyecto de nuestra vivienda unifamiliar en Gijón y el año en que decidimos volver a empezar en Cabueñes, aunque ahí estamos, esperando a ver si los señores tan amables del Ayuntamiento de Gijón deciden que por fin somos aptos para comenzar las obras ¡venga por favooooooor!
También fue el año en que probamos nuestros primeros arándanos, cultivados en nuestra propia finca y un año en el que viajamos solos, con amigos, descubrimos países y marcamos continentes.
Puedo decir que excepto por el revés del bebé perdido ha sido un año maravilloso en todos los aspectos, si es cierto que he llorado, por perder un bebé, por perder una casa llena de recuerdos y por muchas otras cosas pero también me he reído, he disfrutado, he conocido gente maravillosa y el balance final es muy positivo.
Para el 2018 tengo muchísimas sorpresas, pero eso será otra historia.
Yo, desde este pequeño rincón de Puerto de Vega en el que me encuentro ahora mismo, sólo puedo daros las gracias a todos por estar ahí, por leerme, por escuchar mis soliloquios, por seguirme en redes sociales, por comprar agendas 10 del 2018, por contratar mis servicios (ojo, esa parte tiene mucho que mejorar, eh!) por todo:
GRACIAS DE CORAZON