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Historias mínimas 10

Los rayos de sol entraban sesgados por las ventanas de madera, desde la cama y tapado por la manta disfrutaba del sol en su cara como si el tiempo se hubiera parado hasta que despertase.

Se desperezó, salió de debajo de la manta y vino hacia mí, moviendo el rabo y bostezando, mi perro.

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