Quiero ser tantas cosas que al final no soy ninguna.
Luego veo a mi bebe, me voy a comer con mi prima o me paso la mañana con mi hermana y se me pasa un rato.
Y así pasan los días y los años y vas a la deriva, como madera de balsa, esperando a que te recojan y te pulan, te lijen y te quiten los nudos y, que con el barniz, termines por encontrar un TU que te haga feliz como para ser ese TU los próximos 20 años.
Es lo que tiene tener una familia que se sacrificó para que tu pudieras elegir, que poder elegir tiene su punto bueno y su punto malo, como todo en la vida vaya.