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Historias mínimas 38: Alejo, el pez globo que quería ser conejo

Alejo era un pez globo algo fofo y enfermizo, desde siempre recordaba con su memoria de pez de 1/2 minuto, que era el pez globo más gordo y enfermo de toda su colonia.

El pobre Alejo estaba harto de estornudar e hincharse. Un día se acercó mucho a la desembocadura del río y asomo por encima del agua, allí vio lo que le pareció un sueño, un animalejo con orejas largas, nariz afilada y una buena mata de pelo. Le dio mucha envidia porque se le veía muy calentito bajo aquel pelo, no como él que siempre estaba resfriado. Además el bicho era muy rápido, daba unos saltos enormes y corría mucho cuando se acercaban los caimanes a intentar comérselo.

Alejo, gordo, enfermo y lento, tenía mucha envidia del conejo y soñaba ser como él.

Un día Alejo volvió a acercarse a ver al conejo, saco la cabeza del agua, mucho, más que nunca, y una gaviota lo pescó y se lo llevó volando.

Mientras pensaba en que ya era rápido como un conejo, Alejo se reía, pues aunque la gaviota se lo comiese él sabía que se moriría poco después. Al fin y al cabo Alejo era un pez globo y todos saben que los peces globo son muy venenosos… ¿o no?

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