Sigo retomando textos antiguos, concretamente Paseos por la playa es un cuento corto que realicé en el 2007, imagino que llevada por un desamor o algo por el estilo por la tónica del mismo.
Espero que os guste.
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Marzo del 2007
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Si es que las cosas siempre se solucionan de la misma manera, un día estás feliz y al siguiente vuelves a sentirte la más desdichada de la tierra.
Había una vez un pez que vivía en un acuario muy grande y comunitario, dentro de éste también había una peza que acababa de llegar nueva al acuario.
Por desgracia para la peza nueva, ésta se enamoró del pez y no podía dejar de pasarse por delante de su roca para ver si le veía.
Un día por la mañana, cuando el sol entraba desde una de las ventanas del piso en el que estaban instalados, a la peza le llegó el rumor de que al pez iban a trasladarlo a otra nueva pecera.
Ella no pudo soportarlo y en cuanto tuvo la oportunidad habló con el pez y le dijo que le quería, que estaba desparasitada desde hacía un par de meses y que quería formar con él una colonia de pececillos.
Pero ella sabía que era algo imposible, él s iba y no podía evitarlo. El pez le dijo que era maravillosa pero que sería una carga para él y que no quería llevarla con él, le dijo que lo sentía y le regaló el roce de aletas más dulce que ella había sentido en mucho tiempo. El estómago le dio un vuelco y sitió como su corazón casi se le salía de la parte frontal, fue el roce de aletas de su vida, ese que sabía, por desgracia, que nunca volvería a repetirse.
Ella lo intentó todo, le dijo que sería capaz de seguirle por todos los acuarios de la zona, que aprendería a saltar como él, de un tanque a otro y le seguiría, sería su gruppy para siempre, pero él no quería esa carga en su vida.
Al fina, tal día como hoy, el pez se fue, llegaron con una red de malla y se lo llevaron, ella hizo todo lo posible por ir con él, se metía en la red cada vez que podía pero volvían a sacarla de ella. Fue tremendamente triste, tanto que ella se suicidó tirándose por la ventana hacia la arena de la playa, consiguió llegar al agua entre sollozos y gritos te angustia pero no sobrevivió a su propio dolor.
Tengo entendido que el entierro y un rezo por su alma se harán esta noche, a eso de las 12 de la noche, cuando los sueños y las pesadillas se unen, cuando la noche llega del todo y no hay escapatoria, ese momento en el cual no puedes escapar de tus propios sentimientos, de tus miedos ni de tus pasiones, ese momento en el que te encuentras sola, en la cama y piensas en él, cuando no puedes ponerte a hacer cualquier cosa con tal de no soñarle, con tal de no amarle, con tal de no anhelar sus brazos que nunca has sentido, su aliento que nunca ha podido calentarte y ponerte los pelos de punta.