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Trilogía del Elfo Oscuro: R.A. Salvatore

Trilogía del Elfo Oscuro: R.A. Salvatore

En una de estas cavernas, de tres kilómetros de ancho y trescientos metros de altura, se alza Menzoberranzan, un monumento a la gracia letal que caracteriza a la raza de los elfos drows. Según los cánones de éstos, no es una gran ciudad, pues sólo veinte mil elfos oscuros viven en ella. Allí, donde en épocas pasadas no había más que una caverna poblada de estalactitas y estalagmitas toscamente esculpidas, ahora hay hilera tras hilera de castillos tallados que vibran con el silencioso resplandor de la magia. La ciudad es perfecta en sus formas, y ni una sola piedra conserva su contorno natural. Sin embargo, esta sensación de orden y control no es más que una cruel fachada, un engaño que oculta el caos y la vileza que gobierna el corazón de los elfos oscuros. Al igual que sus ciudades, son gente hermosa, grácil y delicada, de rasgos angulosos y sobrecogedores.

Temibles entre los más temibles, son los que gobiernan en este mundo sin ley, y las demás razas observan cautelosamente su paso, pues incluso la belleza palidece ante la espada de un elfo oscuro. Ésta es la Antípoda Oscura, el valle de la muerte, la tierra de las pesadillas sin nombre. Y los drows son los supervivientes.
“Un habitante de la superficie no habría notado su presencia a un paso de distancia. Las pisadas del lagarto que montaba eran demasiado leves para ser oídas, y las armaduras que protegían al jinete y a su montura, flexibles y perfectamente engarzadas, se ondulaban y torcían al compás de sus movimientos con tanta precisión, que parecían una segunda piel. El lagarto de Dinin avanzaba al trote con un paso elástico y vivo, y casi parecía flotar sobre el suelo quebrado, las paredes, e incluso los techos de los túneles interminables. Los lagartos subterráneos, con sus patas de tres dedos adhesivos, eran las monturas preferidas precisamente por su capacidad de escalar la piedra con la misma facilidad de una araña. En el luminoso mundo exterior, el paso por superficies duras no deja huellas, pero casi todas las criaturas de la Antípoda Oscura poseen infravisión, es decir, la capacidad de ver el espectro de los rayos infrarrojos. Las pisadas dejan un calor residual que puede ser rastreado sin muchas dificultades si aquéllas mantienen un curso más o menos previsible por el suelo de un corredor.
Dinin se sujetó con firmeza a la silla mientras el lagarto recorría un tramo del techo, y después descendía zigzagueando por la pared. De ese modo no lograrían rastrear su paso. No tenía luz para ver su camino, pero no la necesitaba. Él era un elfo oscuro, un drow, un primo de piel negra de aquellos seres del bosque que bailaban a la luz de las estrellas en la superficie del mundo.
Gracias a las dotes de su visión, que podía interpretar las sutiles variaciones del calor en imágenes de brillante colorido, la Antípoda Oscura no era para Dinin un lugar carente de luz. Los colores de toda la gama del espectro aparecían ante él en la piedra de las paredes y del suelo calentados por alguna fisura distante o por una corriente cálida. El calor de los seres vivos era el más reconocible, y permitía al elfo oscuro ver a sus enemigos con una nitidez de detalles equiparable a la que podía tener un habitante del mundo exterior a plena luz del día.
En una situación normal, Dinin no hubiese salido de la ciudad sin un acompañante; el mundo de la Antípoda Oscura resultaba demasiado peligroso para un viaje a solas, incluso para un elfo oscuro. Pero en esta ocasión, necesitaba la seguridad de que ningún drow rival viese su paso.
Un suave resplandor azul más allá de un arco esculpido en la roca le advirtió que se aproximabaa la entrada de la ciudad, por lo que acortó el paso del lagarto. Muy pocos utilizaban este túnel angosto que desembocaba en Tier Breche, la parte norte de Menzoberranzan destinada a la Academia, y sólo los instructores de la Academia podían pasar por allí sin despertar sospechas. Dinin siempre se sentía nervioso cuando llegaba a este punto. De los cien túneles que se abrían en la caverna principal de Menzoberranzan, éste era el más vigilado. Más allá de la arcada, dos estatuas gemelas que representaban a dos arañas gigantescas mantenían una defensa silenciosa. Si un enemigo cruzaba la entrada, las arañas cobraban vida y atacaban, al tiempo que sonaban las alarmas en toda la Academia.
Dinin desmontó, y el lagarto trepó por la pared sin esfuerzo, hasta quedar colgado a la altura del pecho del drow. Éste metió una mano por debajo del cuello de su piwafwi, la capa mágica que lo protegía, y sacó una bolsa, de donde extrajo la insignia de la casa de Do’Urden: una araña que blandía diversas armas en cada una de sus ocho patas, y en la que podían leerse las letras «DN» correspondientes a Daermon N’a’shezbaernon, el antiguo nombre oficial de la casa de Do’Urden.“

Lo primero que debo hacer es agradecer encarecidamente a Jordi Mestre que en el 2010 hubo un rato en que se aburrió y decidió que era el momento de ponerse a transcribir estos maravillosos libros y subirlos a un blog, basicote y feo pero que nos sirve muy bien para este fin.

Como veis tenéis el enlace en su nombre, en él podéis encontrar en pdf los tres libros de los que os hablo hoy, para bajaros y leerlos tranquilamente si lo preferís a la lectura tradicional ya que en kindle no existen por desgracia.

Gracias a Jordi yo he podido traeros dos fragmentos, el primero pertenece al preludio y el segundo al capítulo 1 Menzoberranzan, donde se va a desarrollar nuestra saga.

¿De verdad creíais que era una chica normal y corriente de las que tiene bebés y se preocupa por vestirlos cuquis? Pues lo cierto es que tiendo más al freak que al cuqui, aunque me gusta mezclar un poco las dos versiones de mi misma.

La fantasía épica es mi pasión desde que era pequeña y compraba sagas que no entendía en el Círculo de Lectores y mi madre me decía “hija que libros más raros” mi madre, la misma que me regaló mi primera versión de El señor de los Anillos.

Tuve, tengo pero ya no tan cercano, un amigo que tenía todos los libros de fantasía épica sobre todo de Reinos Olvidados (una clase, como Warhamer o Dragones y Mazmorras, no me riñáis, ya sé que no es una “clase” pero es largo de explicar como un mundo a los no adeptos) y que en un momento de su vida necesitó un lugar donde dejarlos una temporada, ávida de lectura yo me leí muchos suyos y entre ellos estaba esta saga por lo que, por desgracia, no la tengo físicamente. La busqué en Kindle pero no la hay, sí que encontré otras cosas de las que ya hablaremos.

Si os soy sincera estoy tan emocionada poniendo este libro que no se me ocurre como presentar todo lo que me gustaría sin dejaros un tostón de post.

Salvatore es, junto con la señorita Cunningham y con el maestro Ed Greenwood mi preferido escribiendo fantasía épica, no hablo de Tolkien, Tolkien es leyenda, estos son seres humanos. Es ese tipo de hombre que describe cada detalle hasta el punto de aburrirte en algunas ocasiones, como “y entonces saco con los dos dedos de su mano izquierda engalanados de anillos de rubí y diamantes, su daga de plata jalonada en oro rosa, mientras la blandía con una finta a la izquierda con su melena ondeando… bla bla bla…” vamos que explica cada detallito insignificante para que en tu mente se forme la imagen más perfecta de lo que está ocurriendo y de sus protagonistas.

Era muy pequeña cuando cayó un libro suyo en mis manos, concretamente fue una saga llamada “La sombra carmesí” y cuando, muchos años después oí que este hombre escribía para un mundo con el que se podían crear personajes y jugar en grupo dije OLE TÚ, lo cogí todo y sigo emocionándome cuando lo leo.

Esta saga es la primera de su personaje más importante, el drow Drizzt Do’Urden, bueno mejor dicho es la saga precuela de sus libros más importantes “El Valle del viento Helado” donde su personaje tiene historias con su segundo personaje más importante, Artemis Entreri. Ésta la hizo después y en su primer libro “La Morada”, del que son los extractos, se narra la historia de Drizzt y de la sociedad Drow para que la conozcamos un poco mejor.

Ya que es una precuela os recomiendo que si os gusta este tipo de literatura lo leáis primero.

En el segundo libro “El Exilio” ya tenemos a Drizz siendo él mismo, desterrado de su vida y en el tercero “El Refugio” se narran sus desventuras cuando sale a vivir a la superficie, nunca me olvidaré de esa sensación que sentí en mis propias carnes cuando se enfrentó a la luz del sol por primera vez.

Lo sé, me tengo que ir ya, bajároslos, leerlos, disfrutarlos y cuando los hayáis leído vais a amazon y os compráis El Valle del viento Helado para leer en el kindle.

[dt_quote font_size=”normal”]Aviso a navegantes, la lectura de fantasía en general y épica en concreto son tremendamente adictivas.[/dt_quote]

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