Velo o mantilla?

Y aquí seguimos, se nos termina la semana monográfica de bodas, oooohhhhhh. Pero bueno he sido bastante concienzuda, os he traido un artículo sobre mesados, una receta, unas fotos geniales de mi post-boda en el apartado de tiempo libre, ropa para niños engalanados y hoy os cuento me decisión, entre velo o mantilla yo elegí mantilla y no cualquiera, una maravillosa mantilla de plumeti.

Hace unos años, buscando un bolso para una boda en una tienda de Gijón genial llamada Madue, encontre dos cosas que me encantaron.

Por un lado un sombrero de media ala negro en fieltro precioso que dedidí comprarme para llevar a una boda a la que al final no llevé y ahí está, esperando su momento en su sombrerera -tengo unas ganas de estrenarlo… ¡que alguien me invite a un evento pinpin en Asturias en invierno y de mañana!- y por otro lado unas mantillas divinas de las que acabé comprando una para mi madre que por cierto utilizó el día de mi boda como chal.

Cuando me iba a casar lo primero que pensé fue en Madue, en sus cosas preciosas y en que además era especialista en tocados, le pedí la diadema que llevé en mi boda y que era la nota de color a un vestido de princesa de pais blanco inmaculado y a un pelo suelto y por supuesto a la mantilla.

Ya la había visto cuando compré hacia ya años la de mi madre y estaba enamorada, siempre dije que cuando me casase volvería a por aquella mantilla.

Cuando llegué y la vimos se me fue el mundo encima, la mantilla no servía, mi presupuesto de 200€ era suficiente pero la mantilla que me gustaba y que me dejó para ir a verla con el vestido quedaba fatal. La cosa es que la mantilla era crema y mi vestido, blanco inmaculado.

Rebuscando encontramos una que tenía escondida por allí, llevaba años en la tienda y por sus caracterísiticas -peso y longitud- y su precio había quedado relegada a estar guardada, costaba 450€ y era una preciosisisma mantilla de plumeti.

Me fuí a casa triste porque me trastocaba todos los planes y hable con maridin, quien, por una vez y sin que sirviese de precedente, me animó a comprarla, me dijo: “cariño llevas dando por… con la mantilla desde hace meses, si es algo mas cara pero puede quedar bien, llevala, pruébala y que te la regale tu madre con el vestido y ¡ya está! o pagarla entre las dos”

Al final le hice caso, hablé con mama y me dijo que si, que la probásemos y si quedaba bien que ella me la compraba y así fue, cuando la pusimos con el vestido a todas se nos cambió la mirada, era simplemente PERFECTA, el largo era tal que podría estirarlo en una iglesia (si es que fuera cristiana) o llevarla en el brazo para no arrastrarla bajo un horreo -que era mi caso- y la compramos.

Ahora, cuando miro a babyLucia pienso que igual ya no utiliza, si algun dia se casa, mi vestido de princesa de pais pero que seguro que le encantará heredar mi mantilla de plumeti divina y maravillosa.