Acosado, así se sentía. Cansado de correr, de ir lo más rápido posible de aquí para allá para despistar al enemigo. Intentaba encontrar una escapatoria pero no la veía. De repente, en la lejanía, más allá de una cegadora luz, vio la ansiada escapatoria.
Acosado por su enemigo hizo un último esfuerzo por salir huyendo y lo consiguió, por fin se libró de ser aplastado, el moscón era libre.