Hace mucho tiempo que tenía ganas de hacer alguna ruta nueva que no me supusiera trasladarme muy lejos ni muchos días y la apertura del refugio de Brañagallones me vino al pelo.
La fecha elegida, el cumpleaños de mi marido el pasado fin de semana. Allá nos fuimos, cabalgando hacia Brañagallones, cuatro personas a caballo y otras cuatro en dos coches con el apoyo necesario para pasar arriba la noche del sábado con tiempo que, por lo temprano de la primavera, creía yo que sería, seguro, muy frío. Había que subir mantas para los caballos, pienso y nuestras cosas.
Lo cierto es que con un solo coche sería suficiente pero la final metes también sacos de dormir para nosotros, por si acaso, ropa de cambio, la maletita de cada uno… en fin, lo que la comodidad del vehículo te permite. He de decir que, como para acceder con vehículo (tiene que ser un 4×4) necesitas un permiso especial del Ayuntamiento de Caso, tenía previsto llevarlo todo en alforjas en caso de que no nos lo dieran y para eso habría que simplificar mucho el equipaje, de manera que ya había reservado en el propio refugio parte de él.
Vamos por partes:
El refugio de Brañagallones está situado en la vega del mismo nombre, en el corazón del parque natural de Redes (Reserva de la Biosfera). Se encuentra en el Concejo de Caso y se trata de una instalación rehabilitada sobre un antiguo refugio de cazadores que tras numerosos acondicionamientos, incluso como hotel de lujo, termina en lo que hoy es, a medio camino entre hotel y refugio, gestionado por la Federación de Montaña, Escalada y Montañismo de Asturias (FEMPA). Los encargados, José Manuel y Carmela y el personal que les ayuda son gente realmente encantadora. Nos trataron tan bien que repetiremos esta ruta, al menos, una vez al año.
Acceden principalmente montañeros a pie y en bicicleta pero ya hace unos meses que se animaron a ir a caballo. Yo no pude hasta ahora porque lo de las fechas está complicado y casi todos los fines de semana está completo o yo no podía ir o era invierno y no se podía acceder. Tuvimos suerte y acompañó el tiempo. No es que acompañara es que parecía pleno mes de julio.
Para preparar la ruta me puse en contacto con el refugio y a través de su página reservé las plazas haciendo una transferencia de 5€ por persona y noche; la cena del sábado, el desayuno del domingo, sacos sábana y toallas. Nos alojaron en dos habitaciones de cuatro camas (literas) cada una, todas ellas con baño. El refugio estaba completo de padres, madres y niños que habían subido caminando así que mi hija, Salomé, hizo amistades y se lo pasó en grande. Eso sí, hay que guardar una serie de normas que suelen ser comunes en estas instalaciones: horario de apertura y cierre de las habitaciones, los de las comidas y desayunos, hora de agua caliente para ducha y de silencio por la noche. Con tanto niño parecería difícil, ¿no?, pero no se oyó una mosca hasta pasadas las nueve de la mañana. Siempre he defendido por su buena educación a los turistas de montaña.
Para nosotros de trataba de algo totalmente nuevo y como yo la organizaba tenía cierto reparo por que todo saliera bien. Y salió. Calculé que nos llevaría dos horas y media o tres desde la cuadra al punto de partida así que no tuvimos que madrugar y a las 11 estábamos en marcha. Paramos a tomar una caña y comer un pincho en el restaurante El Balcón de Redes, en Rioseco, porque tiene buena comida y un cómodo aparcamiento para poder dejar camión y remolque sin muchas maniobras. La ruta la empezamos en el aparcamiento público de Bezanes (AS-17, Pto. de Tarna).
Allí dejamos camión y remolque y empezamos una ascensión que nos llevará a una altura de 1.215 metros. La ruta es de fácil recorrido, la PR.AS-66, aunque para hacer ida y vuelta serán 21 kilómetros. Ya salimos extasiados por lo bonito del entorno, cruzamos el pueblo siguiendo la señalización (las líneas blancas y amarillas), dejamos beber a los caballos en la primera fuente y cuando llevamos media hora el paisaje es espectacular. Es Asturias en estado puro, limpia, grandiosa. Hacia muchísimos años que no oíamos a los grillos cantar de esa manera, señal evidente de que no hay nada que interfiera químicamente en el entorno. La pista tiene muchas revueltas y hay tramos bastante empinados pero para los caballos es muy llevadero. Llegamos enseguida al lugar conocido como el Texu la Oración, donde los pastores rezaban antes de subir a los puertos. Desde allí se divisa una fantástica panorámica del valle del río Monasterio.
La pista tiene tramos de tierra y de hormigón y es fácil cruzarte con el servicio de taxi que lleva hasta la vega o con los de la guardería rural, además de los turismos acreditados correspondientemente por el Ayuntamiento como nuestros coches de apoyo. Una vez cruzado el primero de los dos pasos canadienses, el camino es más llano y de tierra y podemos contemplar una serie de picos montañosos que yo no conozco pero que me he molestado en mirar en un maravilloso libro que adquirí en el refugio y que dice que son: los contrafuertes El Cantu L’Oso, Xerru Pintacanales y por la vertiente derecha los picos Cuervu , Visu La Grande, Peña Gaín y la Xerra Braña Pinueli.
En la mitad del camino nos encontramos una estupenda fuente (Andorviu) de agua fresca que los caballos no aprecian. No quieren beber así que seguimos el ascenso rodeados de bosque de hayas que parece de cuento. Pasamos una construcción de hormigón, un túnel, que protege de los argayos y otro excavado en la roca, precioso, que sirve de paso a una zona abierta y espectacular también. Este último túnel, el del Crestón, nos hace pensar que nos queda poco ya y así es. En el segundo paso canadiense hay un mirador con bancos y un panel indicativo de la fauna de la zona. Nosotros, desde el refugio y con la ayuda de José Manuel y el guarda, pudimos ver varias venadas y algún rebeco.
La última parada para que beban los caballos la hacemos a unos metros del destino, en un bebedero grande rodeado de mariposillas azules típicas de zonas de montaña donde no hay ni un gramo de contaminación. A las dos horas de ruta llegamos a la vega. Precioso, te embelesa la entrada, las cabañas, el ganado, el refugio y un gran pedestal de piedra con el busto del que fuera guarda mayor, Pepe Calvo, al que los cazadores rinden así homenaje.
Llegamos antes que los que subían en los coches y a falta de cabezadas y ramales para amarrar a los caballos nos dijeron que podíamos utilizar el corral de la manga del ganado, que estaba vacío y así lo hicimos. Fue genial porque al quedarse sueltos y con el tiempo que tuvimos tampoco hizo falta amantarlos. Nos disponemos ya a disfrutar del entorno y la compañía y apunto la ruta entre las de obligado cumplimiento anual. Sidra, queso, embutidos… (sirven tapas, bocadillos y refrescos y copas por la noche) sol, charla animada y descanso rozando el cielo.
¿Se puede pedir más? Poder volver.
- Casco para la peque y sombreros para los que no usamos casco. (Sé que deberíamos, sí)
- Stick anti-picaduras
- Protector solar
- Agua y algo de comer como fruta o barritas.
- Pequeño botiquín de primeros auxilios.
- Vaselina (ya expliqué en el post de 23 cosas impresincibles para montar a caballo el porqué pero podéis leerlo y refrescar información).
- Navaja (siempre en nuestro caso para ir al monte).
- Ropa de abrigo porque vamos a la montaña y el tiempo puede cambiar en minutos.
- Un kit de herraje pequeño (en mi caso llevo unas botas especiales que se acoplan al casco en caso de pérdida de herradura o percance)
- Prismáticos. Vamos a introducirnos en pleno parque natural de Redes así que seguro que habrá mucho que observar)
Para la estancia en el refugio:
- Previa petición al refugio cabe la posibilidad de que te alquilen saco/sábana y toalla.
- Y allí mismo te dejan zuecos para entrar porque no se permite hacerlo con botas.
- Donde dejas tus botas coges los zuecos o te llevas los tuyos o unas zapatillas.
- El saco y la toalla si no la reservasteis.
- Para los caballos no está demás llevar mantas para la noche y algo de pienso.
- Y ramales largos con cabezadas de descanso, aunque ya os digo que la final, no lo usamos.
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Datos de interés
Libro muy aconsejable que se presentaba este lunes en El Club de Prensa de La Nueva España: Rutas alrededor de Brañagallones. De Alberto Boza. Ediciones Cordillera Cantábrica.
Restaurante El Balcón de Redes. Carretera General, 211 Rioseco.
Refugio de Brañagallones. 984092981
Servicio de Taxi 4×4: Rafael-Bezanes 689893051/ Andrés-El Campu 691405447 y José Luis
654387760