Extracto
La vertiginosa subida de precios y la excitación que rodea el mercado del arte contemporáneo ocupó recientemente las primeras planas del The New York Times y The Wall Street Journal. Esta especie de corriente dominante de la atención periodística sugiere que tal vez estemos inmersos en un axiomático cambio en los anales del mercado del arte, si no de la propia historia del arte. Ciertamente se produjeron un gran auge y un colapso en el mundo del arte contemporáneo hace solo una década, cuando artistas como Julian Schnabel, Eric Fischl y David Salle tenían kilométricas listas de espera; pero nunca había ocurrido antes que una pintura vendida muy por debajo de los 100.000 dólares (por ejemplo, FIshermen, 2002, de John Currin) se viera aupada a más de 1,5 millones en tan sólo dos o tres años.
Más notable aún es el hecho de que se rebasen de forma regular los récords de subastas de los artistas singulares. La obra de Maurizio Cattelan Not Afraid of Love (2000) -un elefante de tamaño natural cubierto con una sábana-, que fue vendida por su marchante Marian Goodman por una cifra comprendida entre 350.000 y 500.000 dólares, en menos de un año alcanzó 2,75 millones en una subasta en Christie’s. Estas rentabilidades resultarían espectaculares en cualquier negocio, pero lo son todavía más cuando uno piensa que el coleccionismo de arte teóricamente versa sobre cosas tales como cultura y belleza, no sobre especulación y utilidades monstruosas.
¿Y qué ocurre cuando interviene el aliciente de multiplicar por diez la inversión realizada al comprar y vender arte contemporáneo? Pues que las personas que antes se dedicaban simplemente a coleccionar están ahora acelerando enormemente su actividad de compra y venta, y que gente que jamás había pasado pensado en gastar miles de dólares en arte está ahora replanteando su enfoque. ¿Por qué? Pues porque el arte se ve ahora como una inversión, no ya como un mero capricho: en este mismo instante hay por lo menos siete nuevos fondos de arte que captan dinero y recomiendan a sus inversores colocar hasta un 10% de su activo en esta nueva “clase de valores”.
¿Debe estallar la burbuja? Y, si así es, ¿cuándo? Es imposible predecirlo con certeza. Sin embargo, el hecho de que los precios del arte impresionista se hayan venido hundiendo, en tanto que el arte contemporáneo sube vertiginosamente, nos lleva a creer que el actual comprador de arte quiere explotar lo que le parece nuevo y excitante, y esta dispuesto a correr algunos riesgos para lograr su objetivo. Bien es verdad que los 8,3 millones de dólares pagados por The Physical Impossibility od Death in the Mind of Someone Living (1991) de Damien Hirst -un tiburón conservado en fommaldehido y suspendido dentro de una gigantesca cisterna-, resulta pasmoso. Pero, por otra parte, si uno cree que es el icono artístico de la década de 1990, esa ha de parecerle una suma adecuada para un trofeo único en la historia de la cultura.
Si está coleccionando obras de arte ahora, o piensa hacerlo, debe tratar de conocer cuales son los diferentes tipos de personas que promueven, venden y coleccionan dichas obras. Coleccionar arte contemporáneo no es un “¿Quién es quién? ni tampoco, sin duda, una guía de lo que se debe comprar o vender, sino una selección de 40 entrevistas representativas que brindan una amplia gama de opiniones acerca del tema. Más de cien horas de conversación, explicaciones y consejos documentados de algunos de los personajes más destacados del mudo del arte han quedado condensadas en unas pocas páginas de fácil lectura; sus palabras le darán poderosas percepciones acerca de los mecanismos internos del actual mercado del arte.
Unas palabras de introducción, sinopsis y resumen
Lo sé, os he cascado todo el prólogo del libro, pero me pareció sumamente importante hacerlo para que entendierais que este libro no es exactamente una guía que promueve que te compres obras de famosos por más de un millón de euros para ver si dentro de 20 días o un año las vendes por más de 20.
Coleccionar arte contemporáneo de Adam Lindemann es un libro que fui expresamente a buscar a mi librería de referencia hace unos cuantos años, cuando empecé con mi negocio de interiorismo.
Me pareció que una de las claves para tener una bonita vivienda era invertir en sus paredes y siempre fui de la creencia que menos es más, pero bien puesto, por lo que pensé que debía no solo empezar a tratar con galeristas sino intentar entender de qué me hablaban y dónde podía yo ayudar a mis clientes a invertir, no sólo en una vivienda cálida y confortable sino también en muebles y obras de arte.
De hecho, otro de los libros que compré, algo más tarde, fue Coleccionar diseño.
Cuando me puse a mirar a fondo este libro me di cuenta de que era una guía super útil, entre otras cosas, porque ni yo misma tenía claro que era lo que me gustaba y este libro me ayudó a saber porqué me gustaba lo que me gustaba, entre otras cosas.
Vamos a ver como se divide y organiza:
Tras una introducción donde nos lleva a los primeros pasos del coleccionismo y a lo fundamental a tener en cuenta, pasa a detallar a los protagonistas del mercado del arte, con entrevistas a unas cuantas personas relevantes.
Por un lado hace una reseña minúscula al artista pues considera que hay muchos libros sobre ellos, habla con un crítico de arte y luego se mete de lleno con las figuras del marchante, el asesor artístico, el coleccionista, el experto en casas de subastas y el profesional del museo, los directores y comisarios.
No contento con esto deja una parte del libro para información útil, pero útil de verdad, con es una parte de conversación con Samuel Keller, una revisión a un año de coleccionismo, un glosario parcial con términos que deberíamos saber, una serie de revistas y paginas web que deberíamos conocer, el típico indice y los créditos.
Todo el libro es sorprendente y realmente, si te interesa este tema, me parece que es un libro muy bueno en el que fijarse.
Por alguna razón no lo encuentro en la red, me da rabia porque encuentro otro que se llama igual, también es de Taschen pero es del 25 aniversario y no puedo contaros nada sobre él porque no lo conocía.
El autor
Adam Lindemann es un inversor privado y un influyente coleccionista de arte y diseño contemporáneo. En asocia-ción con el diseñador Marc Newson, relanzó Ikepod, una compañía suiza de diseño de relojes. También escribe una columna mensual sobre Coleccionismo para The New York Observer.
Datos generales y donde comprarlo
- TITULO: Coleccionar arte contemporáneo
- SUBTÍTULO: no tiene
- EDITORIAL: Taschen
- AÑO DE PUBLICACIÓN: 2006
- ¿ESTA EN KINDLE?: no
- PRECIO: Esta descatalogado así que tendrás que llamar a tus librerías a ver si lo tienen.
- DONDE LO COMPRO: pues no tengo ni idea, lo acabo de buscar en todos los sitios habituales y no lo hay. Hay una versión del 25 aniversario pero no puedo recomendárosla porque realmente yo no la conozco ni la he visto, no sé si es el mismo libro.
Recomendaciones basandas en este libro
- Coleccionar diseño
- El tiburón de 12 millones de dólares
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