Caminaba por una senda, embarrada y con piedras mojadas, llevaba una mochila con la comida y otra mochila enganchada en la primera con la cámara y las cosas del momento.
Cuando se dio cuenta estaba agotada, le dolían los brazos y las piernas, tenía la cara roja y el palo le pesaba como un plomo.
Pero claro, es lógico contando que además de todo eso porteaba a una niña de 8kg.
Moraleja: llévate al marido al monte o lleva menos cosas ?