Mi nueva casa: la obra

Hace ya dos años (como pasa el tiempo de rápido) compramos nuestra primera casa familiar propiamente dicha. Vivimos en Gijón pero nuestra familia vive en Puerto de Vega, un pueblo marinero del occidente astur y pasamos allí temporadas largas. Hasta ese momento vivíamos en un bajo con jardin “prestado” por la familia de maridin pero teníamos muchas ganas de formar una familia en nuestra propia casa.

Yo, le había echado el ojo a una construcción de varias viviendas de tipo adosado que estaban cerca de donde vivíamos pero más cerca del puerto y que tenian un jardin controlable y bastantes habitaciones, por desgracia era bastante caro para lo que nosotros nos podíamos permitir, máxime contando que sería una segunda vivienda, aunque la usaríamos unos 5/6 meses al año.

Siempre la miraba en internet pensando que quizá, algún día, su precio se pondría un poco más asequible y podría ser nuestra “home sweet home” y así fue.

Un día la cosa se puso mejor economicamente y nos acercamos a verla.

La casa en cuestion tenia 3 habitaciones, con dos baños, una de ellas en suite con el baño dentro, además de aseo, salón-comedor, cocina, un pequeño jardín, un garaje para 1 vehículo y una planta superior diáfana.

Tenía, para mi cinco pegas, para maridin otras cinco.

1. No se puede acceder al jardín desde el garaje.
2. El jardín era algo más pequeño de lo que nos gustaría.
3. El jardín tiene un agujero enrejado de ventilación con una ventana al garaje que imagino que tendría algo que ver con normativa pero que sólo no sirve de nada sino que molesta más que otra cosa.
4. el de maridin: no tiene chimenea.
5. mi 4: la cocina y el salón-comedor no están unidos ni se pueden unir.
6. el 5 de ambos: la cocina está sin hacer, hay que gastarse pasta y tiempo en hacerla.

Como veis son casi todas unas buenas excusas para decir NO pero tenía muchas cosas buenas, el edificio me parecía precioso, la planta diáfana me daba multitud de opciones, lo de la cocina…bueno, así podía hacerla a mi gusto y estaba bastante céntrica en el pueblo. Y además mis sobrinos viven al lado así que podría verles más a menudo.

En las imágenes de arriba veis el estado de la vivienda cuando llegamos, me falta la foto de la cocina que, aunque no estaba hecha, si que tenía el alicatado.

La reforma consistió en tres zonas, la primera de ellas es la que veis en las imágenes superiores, se trata de la parte alta de la casa que era diáfana.

Según la vi pensé en mi familia. Quiero tener una familia numerosa, de 3 niños y pensé que si quería tener semejante familia también necesitaría un rinconcito donde poder relajarme y descansar de ellos en algún momento y que ese rinconcito sería SOLO PARA MI.

Esta zona diáfana tiene dos visiones: puedes verla como un gigante cuarto de juegos para ellos o como la ví yo, una zona única y exclusiva para mi y para maridin, con una enorme habitación, nuestro baño con bañera (imprescindible para mi tener una bañera porque me encanta bañarme y esta casa no tenía ninguna) y un pequeño saloncito para ver la tele y escuchar el run run de los troncos ardiendo en la chimenea.

Así que como tenía que meterme en obra igual pues tenía que hacer la cocina pensé ¡que demonios, esta casa me va a durar muchos años así que la quiero 100% perfecta a mi gusto! y me até la manta reformil a la cabeza (me encantan las reformas y las mudanzas no lo puedo evitar) y ala, reforma va.

Debéis saber que estudié Arquitectura Interior y que ésta no era mi primera reforma, aunque sí la primera para mi misma.

La planteé como una zona, pues, con baño completo, una habitación y un salón pequeño con chimenea (el imprescindible de maridin)

Lo primero que hice tras buscar al personal adecuado (un albañil, un pladurista, un fontanero y un electricista) fue marcar con cinta de pintor la distribución final. Luego quitamos la parte del parquet que sobraba y elegí y pedí el alicatado y los sanitarios así como el mueble del baño.

Comenzamos quitando el suelo y marcando y picando para el fontanero, luego mientras el fonta seguía poniendo tubos y subiendo lo que era necesario (en esta zona NO estaba programado ningún baño así que tuvimos que volvernos locos para ver como hacíamos para subir todas las tuberías, entre otras cosas tuvimos que subirlas desde el aseo de abajo del todo porque desde el baño de debajo no podíamos y encima hubo que crear una columna extra en la habitación en suite para poder llevar las bajantes) los pladuristas comenzaron a poner los nuevos tabiques.

Además contraté a un carpintero que hiciera una puerta corredera y otra como las del resto de la casa para el baño y que quitase la parte de barandilla de madera que ya no iría y que arreglase la zona que seguiría teniendo barandilla.

Fue un caos, muchos problemas, como todas las obras pero poco a poco fue todo tomando forma.

Mientras eso sucedía ibamos haciendo otras cosas, poco a poco porque el albañil era el mismo ¡no podía estar en dos sitios a la vez!

Como os comenté al principio el jardin, pequeño, tenía un extraño agujero que daba a una ventana en el garaje… después de mucho pensar en ideas para solucionarlo, entre otras el poner unas escaleras directas desde el garaje para poder subir el cortacesped (porque la casa, yo no me lo explico, pero solo tiene acceso al jardín desde el salón con lo que ello implica, subir el cortacesped por toda la casa… porque además con el jardín tan pequeño la opcion de poner una casa de aperos era inviable).

Total que me calenté y decidí que ese hueco del demonio iba a desaparecer, lo tapié y puse un suelo de baldosa imitando madera de tipo click comprado en leroy merlin y que no está anclado al suelo, así, cuando me canse o esté harta del material o color, lo cambio y solo molesto a las lagartijas.

En el jardín hicimos 3 cosas, por un lado quitar ese hueco inmundo e ineficaz, arreglar el césped que era más bien un patatal y poner una barbacoa, un “must have” de maridin.

Además de esta reforma hice otra que para mi era muy importante, tenía claro que con lo grande que era el garaje y contando que solo me iba a entrar un coche, por la estrechez donde la puerta, tenía que aprovechar el espacio para que me fuese útil.

Como sabéis tengo dos perros, uno de ellos es un galgo afgano y requiere mucho cuidado con su pelo, tengo una mesa de exposición y un expulsor de aire tras darme cuenta de que no estaba agusto con como la trabajan los peluqueros que me iba encontrando y decidir bañarla yo misma. El problema es que bañarla en la bañera era coger una riñonada + el secado y peinado = 3 horas de dolor constante.

Necesitaba un habitáculo para ellos que fuese cómodo, útil y que me liberase trabajo así que dividí el garaje.

Además quería una zona de lavado, eso que llamamos laundry, palabra que me encanta porque lavandería… realmente no es lo mismo.

Dos pájaros de un tiro, puse la laundry a la derecha y el cuarto de los perros a la izquierda, con dos cosas, en el laundry un barcal de los de antes, que tienen rugosidades donde fregar y en la de los perros una bañera a 1.50 de altura para que no me doliera la espalda.

Los empapelé los dos para darle un aire menos duro, al estar en el garaje temía que quedase feo y así lo “aguapaba” un poco.

En la cocina quitamos todo el alicatado de suelo y paredes y pusimos uno nuevo, elegí un porcelánico de 4mm de espesor y medida de 40×120 tanto para paredes como para el suelo, en un color blanco roto precioso y solo alicaté a la altura de donde iría la encimera, lo demás lo pinté, la zona de en frente la pinté de ocean blue, también conocido como mint.

Además moví los enchufes de media casa para adaptarlos a la decoración, moví los downlight de la cocina y puse dos puntos de luz nuevos para colocar unas lámparas de tipo mesa de billar sobre la que sería la mesa de la cocina.