Parece increible que ya haya pasado un año con mi bebe, concretamente más, 15 meses hizo a finales de la semana pasada, es increible como pasa el tiempo de rápido.
Tenía tantísimas ganas de tener un bebe que ahora pienso que no disfruté del todo mi embarazo, sólo quería que llegase la siguiente fase, tenía prisa por descubrir, por saber, por ver.
Y cuando nació babylucia pasó lo mismo, tenía mucha prisa por verlo todo, por ver como se movia, como se descubría los pies, las manos, como comenzaba a moverse, a hacer la croqueta, a sujetarse sin ayuda, a sentarse, a arrastrarse, a valerse un poco más por si misma… el tiempo pasa volando y siempre que miro atrás pienso que la próxima vez lo haré de otra forma, intentaré disfrutar de los momentos de forma más pausada, sobre todo porque no sé si será la última vez.
Es curioso cuando lo piensas ¿verdad? si has tenido suerte como yo no habrás pasado un mal embarazo, realmente mi embarazo fue genial, hice prácticamente lo mismo que antes de estar embarazada, cambiando las cervezas y destilados por mixtas y 0.0 pero lo mismo. Salí hasta tarde, bailé (ejem….) me divertí, fui a fiestas, paseé por la playa, me bañé, comí absolutamente de todo, no tuve ningún prejuicio o inconveniente con nada y pasé un verano con barriga maravilloso y un invierno al borde de la explosión algo más duro pero calentita.
Babylucia fue un bebé súper fácil, quizá demasiado, por eso tenía yo prisa por ver lo siguiente imagino. Fue un bebé que no daba nada de lata, comía cada tres horas pero de noche aguantaba 4 o 5, hasta el primer día en el hospital maridin consiguió dormir casi toda la noche del tirón porque sólo se despertó dos veces a comer.
Luego ya en casa siguió la misma tónica, sólo se despertaba una vez en toda la noche, de hecho, era tan raro que se despertase dos que cuando pasaba era una trajedia en casa, ¡jaja!
Dormia como un lirón y sacarla a la calle era una maravilla porque no protestaba nada. Además no sé si ella era así o fue algo que las dos conseguimos pero nunca fue un bebé demasiado apegado, nunca tuvo una necesidad imperiosa de cuello y tampoco yo la dejé que se acostumbrase mucho a dormirse en él, la siesta la haciamos y hacemos juntas en la cama y de la que era muy bebé, la metía en un saco para que se sintiera más acurrucada pero no en el cuello. Ella dormía como un lirón y a mi me dejaba dormir bien tambien.
La lactancia en mi caso no fue fácil, no tenía mucha leche y tenía que completar con leche artificial pero eso hizo que tuviera siempre preparado el biberón de las 12 de la noche, sacaba leche para el de las 4 de la mañana (porque sólo tomaba uno a la noche aunque siempre tenía uno más por si acaso) y para el de las 7 y lo dejaba en la mesita de noche. Babylucia se lo tomaba frío sin ningún problema y a las 7 le daba el otro frío también o mezclado con la primera mía de la mañana. A veces conseguia dormir hasta las 7:30/8 y me daba tiempo a sacarme leche antes de que se despertase con lo que facilitaba también esa maniobra.
Pasé pronto a darle mi leche en biberón porque no nos arreglábamos bien con la teta, el sacaleches hizo que ella pudiera seguir tomando el pecho y aunque era engorroso y al final todos estábamos deseando que esa etapa pasase, nos dio para que los 5 primeros meses tuviera una gran cantidad de leche materna que era lo que a mi me preocupaba al fin y al cabo.
BabyLucia fue una niña “muy de libro”, se aguantaba perfectamente la cabeza ya desde que nació, a los 4 meses ya no había forma de que se quedase en el capazo y a los 6 se sentaba perfectamente y empezaba a intentar gatear.
A los 7 meses gateaba bastante bien y a los 9 ya subía y bajaba escaleras a la perfección. Al año justo comenzó a caminar agarrada ya sólo de una mano y con 13 ya no había quien la parase. Dice unas 8 palabras, pocas aun y es un poco vaga, si tarda más de un momento en conseguir una cosa, la ignora o se enfada y pasa a otra cosa.
Pero es una niña muy lista. Pienso que en eso también corrí, iba adelantada con los ejercicios, podéis leer el post sobre el libro que utilizaba para ejercitarla aquí, y quizá le exigía bastante, ella reaccionaba y yo quería más.
Cuando estaba a punto de cumplir los 6 meses nos pasamos dos semanas trabajando incansablemente a que se mantuviera sentada erguida sola y lo conseguimos. Tenía prisa porque quería realizar con ella el método BLW o alimentación complementaria y no se puede hacer si el niño no se mantiene erguido solo para poder comer.
Este fue uno de los pasos más importantes para mi, éste y el que caminase nos facilitó la vida muchísimo. El no tener que pensar en hacer purés o papillas, sentirte culpable por comprarlas en el super ya realizadas o pelearte con la cuchara durante a saber cuanto tiempo para que coma, más de lo necesario, siempre, es para mi una de las mejores decisiones que pude tomar.
Trozos de comida y a andar, a los 10 días de comenzar ya balbuceaba palabras, ¡con 6 meses! y con 7 dijo mamá y papá casi perfectos. Con 7 meses babylucia hacía la pinza a la perfección, cosa que estoy totalmente segura de que fue gracias a coger la comida y a su necesidad de explorar otros productos, como los garbanzos o las fabas o los guisantes, sus preferidos aun a día de hoy.
Con la cuchara y el tenedor nos está costando un poco más porque como sabe que con la mano se arregla pues cuando se agobia tira de ella pero que queréis que os diga, por mi puede comer con la mano hasta los 4 años, no me importa. No todo es maravilloso, claro, hay momentos en los que te desesperas, cuando barría todo de la mesa, o tiraba los trozos que no quería al suelo o cuando veías que no comía y que sólo quería el biberon, de los que sigue tomando 2 o 3 al día, pero ahora, cuando lo veo desde la distancia del tiempo transcurrido me doy cuenta de que la época del barrido de comida duró sólo un par de meses, 3 o 4 a lo sumo, y ¿qué es eso en comparación con tantos meses de purés y peleas a la hora de comer?
Lo má genial de tener un bebé es lo que aprendes, a tener paciencia, a esperar, a no desesperarte cuando pasa algo o cuando no consigues que se reponga de una crisis de llanto por… bueno, por ni idea de qué. Además de aprender sobre ti mismo aprendes a ver la vida un poco como ella, a tener más conciencia del AHORA, del tiempo, de la evolución que va poco a poco haciendo y cómo asocia las cosas que te deja perpleja, el otro día vino a buscarnos a la cocina con el mando de la tele y gritando “abús” porque sabe que para poner los dibujos necesita el mando y que cuando ella le da sale otra cosa si yo estuve antes, ¡jaja! Esas pequeñas cosas son tan gratificantes.
Ver cómo Tazi y Curro se relacionan con ella y ella con ellos, como va cambiando día a día su relación, desde el momento en que Tazi se acercaba a oler al bebé porque olía a leche a escapar como loca porque le tira del pelo o a buscarla cuando lleva comida porque la otra siempre la chantajea con trozos de galleta que se saca de su boca o cómo Curro venía a buscarme cuando lloraba de bebé porque sabía que yo conseguía que dejase de llorar, o cómo le volvía loco detrás de él por la cama a la hora de la siesta, o cómo le tira la pelota para que vaya a buscarla y espera sentado a que ella le ponga el cuenco de la comida, es maravilloso verlos juntos y ver como ella, con lo pequeña que es, les quiere tanto y cómo aprendió a tratar con animales que ahora vamos a un parque y como haya un perro jungando a la pelota va, se la quita y se la lanza para que vaya a por ella.
Y que os voy a contar de lo que te cambia la mente, de los miedos que desarrollas, del apego, de esa sensacion de no poder aguantar más y a la vez no poder separarte de ella ni un minuto, de ese calor que te entra por todo el cuerpo cuando piensas en ella o la miras y de cómo ahora siento un nudo horrible en el estómago cuando veo pelis en las que les pasa algo a niños (pelis porque yo lo de los sucesos amarillos en los telediarios ya lo desterré de mi casa hace mucho), esa impotencia cuando está mala y llora y no sabes porqué ni cómo solucionarlo, esas sensaciones que son nuevas, porque aunque parezca que lo puedes entender, aun teniendo sobrinos, que era lo que yo pensaba, no es comparable a cuando tienes a tu propio bebé, que estuvo 9 meses en tu particular horno y que hiciste tu misma. Ese apego a la costilla que sé que me dolerá muchísimo cuando sea preadolescente y me odie y yo la odie a ella a ratos.
Tú tendrás otro, a mí ya se me han acabado las fichas y me da una pena! Me ha encantado leer tus reflexiones.
Jo muchisimas gracias! No sabes la ilusión que me hace cuando me decís esas cosas. ¿Ya no tienes fichas? Bueno, entonces te toca disfrutar a tope de todo lo que tengas cerca, los tuyos, si tenías, los de los más cercanos y los que vendrán, con tanto entusiasmo como si fueran tuyos (o con tanto como te dejen! jeje!) Gracias otra vez.