Saltar al contenido

Soy mujer y todos los días son mi día

Día Internacional de la mujer trabajadora

soy-mujer-y-todos-los-dias-son-mi-dia, mar vidal, persistencia o cambio, día de la mujer trabajadora, mujer, igualdad

Soy mujer y todos los días son mi día. Así quise titular este post para un día tan especial como el de hoy, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora.

Mi nombre es Mar, fui un bebé con problemas en las piernas, una niña despierta y feliz, una adolescente un poco problemática y una adulta estudiante y trabajadora, ahora soy madre y trabajadora, todo este tiempo, en mis 35 años de vida, he sido una mujer y todo ese tiempo he notado desigualdad con el otro sexo.

Cuando era joven tenía miedo de ir sola para casa porque si te cruzabas por la calle con un grupo de chicos SIEMPRE tenían algo que decir, solían ser piropos pero me hacían sentir muy incómoda, si volvía de salir con mis amigas y veía que de frente venía más de un chico cambiaba de acera para “minimizar el riesgo de que me dijeran algo“. En un momento de mi vida incluso estuve unos años haciendo Tai-Jitsu, también conocido como defensa personal, porque me sentía vulnerable ante un ataque.

En el instituto y la universidad se consideraba que debíais hacer mejor los trabajos y sacar mejor nota únicamente por el hecho de ser “una chica” y que las chicas son mas serias y estudian más.

En el trabajo se considera adecuado que una mujer desempeñe tareas de administración y secretariado, que sea abogada (aunque se contrata a hombres principalmente) que sea médico o enfermera y también que realice tareas de enseñanza y atención a los demás, pero NO se considera oportuno que hagan tareas como conducir un automóvil de servicio público “¡¡mujer tenías que ser!!” o que se dediquen a la construcción, sean jefas de obra “noooo, no te van a tratar bien…no ves que ese es un MUNDO DE HOMBRES…”, entre otras cosas.

Imagino que cada una de nosotras en nuestras profesiones tendremos anécdotas para dar y tomar, no vamos a entrar en ello porque estaríamos aquí eternamente.

Hoy nos hacen o nos hacemos, eso no lo tengo claro, un homenaje pero ¿porqué debemos hacerlo? ¿porqué hay que celebrar un día por nosotras, como seres humanos independientes y útiles a la sociedad y a nosotras mismas?

Uno de los mayores culpables es la religión, quizá por eso soy atea, entre otras cosas, la religión nos degradó de diosas y reinas a simples amas de casa, “tu sitio es la cocina, mujer” “en tu casa con tu marido es donde debes estar” “yo decidiré con quien debes casarte, tu no tienes ni voz ni voto” “¿que quieres estudiar? mientras sepas leer y escribir (y eso ya avanzado el siglo XVIII) no tienes necesidad de nada más”. Y pensar que en Egipto y en Grecia -luego en Atenas ya no- éramos diosas, que nos veneraban, que en algunas culturas éramos el pilar de la sociedad, lo más importante era lo que la mujer pensaba o decía y su palabra era ley… hasta el otro día en Atapuerca comentaban que en la antigüedad, en la prehistoria se veneraba a la mujer por su capacidad de hacer vida.

Y es que, señores, ¡ninguno de ustedes estaría aquí si no fuera por nosotras! nosotras, las mujeres, las únicas que tenemos la capacidad y el PODER de parir, de traer nueva vida a este mundo y perpetuar la especie, sin nosotras os extinguiríais de un plumazo. Degradáis aquello que es lo que hace que estéis vivos en vez de venerarlo y tratarlo como se merece y como lo que es, un ser humano, exactamente igual que vosotros.

¿Cómo es eso de que yo soy tu costilla? Tú naces gracias a tu madre y tu madre gracias a su madre y así un sin fin de mujeres, con un sólo hombre podemos crear una cantidad ingente de vida, ¿pero vosotros? ¿que haríais sin una sola mujer? nada, abocados a la extinción todos juntos de la mano como decía Siniestro Total.

Hace poco leí uno de esos libros que me encantan de Sarah Lark y que podéis leer en estos post, El rumor de la caracola: Sarah Lark o La estación de las flores en llamas. Sarah Lark. o Trilogía del árbol Kauri: Sarah Lark. que las mujeres no tenían derecho sobre sus hijos hasta poco antes de entrada en vigor del derecho al voto, ¿os podéis creer que parís y que un idiota decide echaros de casa por intentar ejercer vuestros derechos y está amparado por la ley a la hora de dejaros en la calle, tiradas como perros y ni os deja ver a vuestros hijos? pues esto era así y así fue hasta el SXIX que se dice pronto. Lo siento voy a decir algo que no os va a gustar porque no es políticamente correcto ¿y os extraña, señores, que ahora os lo hagan las mujeres a vosotros? cuando estéis vosotros unos cuantos siglos sintiendo lo que nosotras aun sentimos cada día, hablamos.

Y es que por desgracia tenemos que celebrar este día porque hasta hace nada no teníamos ni un derecho, porque seguimos siendo el % bajo a la hora de votar, a la hora de que nos den un trabajo, porque nuestro sueldo a igual tareas siempre es peor en cualquier ámbito en el que lo pongas, porque no existe una presidenta electa mujer, porque la mujer está olvidada y sólo sacamos pecho un día al año.

Porque, por desgracia, sigue habiendo gente (porque no son personas, son gente) como el polaco ese (así, dicho con desprecio) que dice que la mujer es menos inteligente que el hombre, que la mujer no puede cobrar lo mismo por el mismo trabajo porque no lo desempeña igual… pero luego seguro que llama a su secretaria para que le diga qué cita tiene mañana y ¿sabéis lo peor? que su secretaria, mujer, se lo dice, y no le dice que es un h… de p… como un piano y le escupe a la cara cuando es lo que debería hacer, porque eso sería sublevarse y sería despedida y no encontraría un trabajo más en su sector en lo que le resta de vida, que triste.

Que triste que tengamos que tener una federación de empresarias para que alguien pida por nosotras, que triste que tengamos que ser un sector, una clase, un organismo y casi, incluso, un sindicato, para abogar por lo nuestro, para cuidar de nuestros derechos inherentes al ser humano.

No vamos ya a llegar al tema hijos, nosotras, que los llevamos, a ellos, los mismos ellos que luego nos tratan así, 9 meses en nuestro vientre y toda la vida en nuestro corazón, que dejamos de lado nuestras carreras por nuestro hogar y que aguantamos, cabizbajas, viendo como se convierten poco a poco en aquello contra lo que luchamos.

¿Qué hacéis en casa chicas? ¿es totalmente equitativo el reparto de tareas como si de dos personas que comparten piso se tratase? ¿estáis de acuerdo con cómo se hacen las cosas en vuestro hogar siendo madres y esposas? ¿cuántas lavadoras ponen, cuantas camisas vuestras planchan, cuantas camas cambian, cuantos pañales, cuantas veces se levantan por la noche al lloro de vuestros bebés y los suyos? ¿se te exigen cuentas de lo que gastas y cómo lo haces? ¿tiene detalles, aprecia lo que haces, aprecia que tú le dediques más tiempo al hogar y a la familia que él? y ¿porqué lo consentimos? ¿porqué no les enseñamos desde la cuna y porqué, aunque les enseñemos no lo aprenden?

¿Os dais cuenta, además, de que hay muchas más mujeres que hombres viviendo sobre la faz de la tierra? entonces ¿qué nos impide levantarnos y decir HASTA AQUI HEMOS LLEGADO?

Yo no lo sé, sólo he tomado una decisión al respecto, votaré a una mujer, siempre que exista esa posibilidad a mi, mal o peor, pero me gobernara una mujer porque ella si que es mi igual, ella, aunque su visión se nuble por el cargo, en algún momento ha tenido miedo de un grupo de chicos, se ha sentido incómoda pasando delante de una obra o al entrar en un sitio en el que hay un grupo de hombres en la puerta, ha tenido que esforzarse más por conseguir lo mismo que sus compañeros y ha cobrado menos por hacer el mismo trabajo o incluso -normalmente- mucho más.

Y una cosa más, ellos, en cuanto a empresa, horarios y demás, llevan toda la vida engañándonos, nos engañan quedándose en el trabajo hasta las 8 de la tarde y pensamos que es porque es necesario, pero no lo es, no es necesario, se quedan porque están mejor, porque en el trabajo no tienen que lidiar con todo lo que tú, tras tu trabajo o simplemente con lo que tu haces cada día, no tienen que lidiar con que lleguen a casa y les digas, estoy cansada, necesito que me ayudes, necesito que hagas algo, en el trabajo se escudan y así todo el peso de la familia cae sobre nuestros hombros, además de nuestro propio trabajo. Nos engañan así y luego, cuando vamos a buscar una reducción de jornada para cuidar a nuestros hijos (por nosotros y por ellos) nos echan a la calle o nos quitan una cantidad brutal de sueldo porque “no rindes igual” o simplemente “ya no rindes”, porque estás cansada porque estas 8 horas en el trabajo de la oficina pero en casa estás trabajando las otras 10 y duermes 6, si cuadra, y mal.

Siento esta retahíla de cosas sin hilo conductor pero tenía que expresar lo que siento y yo soy afortunada porque en mi casa las tareas están bien estipuladas y todos hacemos lo que debemos pero si, también en mi casa yo cargo con una parte mayor del trabajo y si, tampoco me gusta y si, también cambiaría eso y sí, lo estoy intentando no es una excusa.

[dt_quote type=”pullquote” font_size=”normal” background=”fancy”]Todas deberíamos pensar en qué es lo que podemos cambiar en nuestro propio hogar, como podemos dejar de ser la que carga con todo, si consiguiésemos cambiar eso, cambiaríamos realmente el mundo.[/dt_quote]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *